Inspirado en un hecho real, ‘La casa de Bernarda Alba’ es un drama rural con el que García Lorca refleja una realidad social que, en apariencia, nada tiene que ver con actual. No obstante, por desgracia todavía hoy en día muchas mujeres se pueden sentir identificadas con los personajes femeninos y su represión. Sin embargo, incomprensiblemente eso es algo que esta nueva versión de José Carlos Plaza no acaba de lograr.
Y no es que la dramaturgia no sea fiel al texto. Lo único que Plaza ha alterado es la desaparición del personaje de la criada, el más secundario de todos. Su texto lo asume en su mayor parte la criada de mayor rango en la casa, Poncia, a quien Rosario Pardo, con la maestría que la caracteriza, colma de humanidad. Todo lo contrario que el personaje de Bernarda, a quien Consuelo Trujillo, en su empeño por retratarla como una figura autoritaria, aborda con excesiva frialdad y distanciamiento de las emociones. Lo mismo que sus hijas, a las que de entrada percibimos como enemigas. Desde el principio no hay en su aptitud corporal ningún hálito de cariño o comprensión entre ellas. Así, aunque sus diálogos son fieles al texto del insigne dramaturgo granadino, dada la falta de matices interpretativos lo único que estos personajes consiguen transmitir es el odio, que aquí no parece estar causado por el encierro y la brutal represión que apunta el texto original, sino por la propia condición femenina.
El resultado es que la historia adquiere un cierto tufillo misógino al perfilar a las mujeres con el tópico de la figura competitiva e insolidaria con las de su género. Algo que desde luego se aleja de lo que García Lorca quería denunciar con este drama, cuyo núcleo gira en torno a la tiranía del “qué dirán”, un poder fáctico que primaba en los pueblos andaluces de su época y afectaba sobre todo a las mujeres, en las que recaía todo el peso de la reputación social.
La puesta en escena adolece de un tratamiento poco dinámico y un ritmo tedioso. La composición y el movimiento actoral se empeñan en recrear un ambiente de distanciamiento poco cálido, lo que contrasta con el conflicto emocional y pasional de la historia, que el autor incluso subraya con símbolos claros, como el calor ambiental del que continuamente se quejan los personajes. Aquí sin embargo, prima un ambiente de frialdad y distanciamiento que hace perder fuerza, tanto a la denuncia social como al desenlace trágico.
Título: La casa de Bernarda Alba
Lugar: Teatro Lope de Vega, 8 de mayo
Autor: Federico García Lorca
Dramaturgia y dirección: José Carlos Plaza
Música y ambientación: Mariano Díaz
Intérpretes: Ana Fernández, Luisa Gavasa, Ruth Gabriel, Zaira Montes, Rosario Pardo, Montse Peidró, Marina Salas y Consuelo Trujillo.
Calificación: 2 estrellas