Pendientes aún de la incierta evolución de una crisis sanitaria que ha puesto en jaque a todo el planeta y que si no mantenemos unos niveles considerables de responsabilidad y solidaridad, amenaza con volver a trastocar nuestra rutina, el Teatro de la Maestranza, con su director general Javier Menéndez al frente, presentó ayer Día de San Juan su nueva temporada 2020-21sustentada en varios pilares fundamentales

. Por un lado un indisimulado interés por la renovación, que pasa por una evidente ampliación de la oferta lírica, razón principal de ser de un teatro de estas características, una encomiable voluntad de confiar en el talento español para poner en pie la ambiciosa programación, sumándose así a una política generalizada de apoyo incondicional a nuestra materia prima con el fin de reforzar una economía gravemente azotada por la crisis provocada por el coronavirus, y una generosa respuesta a la amplia demanda cultural que suscita una gran ciudad como Sevilla, representada en tan amplios sectores, a la que se ha querido satisfacer con una de las más eclécticas temporadas que recordamos, aunque en el camino se hayan frenado propuestas otras veces más arraigadas como el piano o la música de cámara.

Tres consignas definen la nueva programación del Maestranza: catarsis, renacimiento y transformación. Y a las tres da respuesta esta ilusionante nueva temporada, que tras la frustración suscitada en la recién terminada, supone por fin la puesta de largo de su director, que cumple así las expectativas depositadas en él como consecuencia de su anterior cometido al frente del Teatro Campoamor y la Ópera de Oviedo, y del que de momento siempre recordaremos con gratitud el hito que supuso la Agrippina con la que casi cierra la temporada anterior al enfrentarse a la pandemia iniciada en marzo pasado. Muy a fondo se deben haber empeñado los responsables del coliseo sevillano durante el confinamiento para ofrecer una programación tan diferente y estimulante. Lo primero que llama la atención es la ampliación de la oferta lírica, con nueve títulos entre ópera, zarzuela, ópera en concierto y ópera de cámara, a los que debemos añadir tres atractivos recitales líricos y un espectáculo del mismo género que celebra los treinta años del teatro.

A la espera del anuncio de la programación de la Sinfónica, el coliseo ha querido ser cauto y no arrancar hasta noviembre su temporada oficial. Mientras tanto setiembre y octubre estarán ocupados exclusivamente por los dos primeros conciertos de abono de la orquesta, que sumará dieciséis hasta julio del 2021. Confiamos que para entonces el peligro esté totalmente controlado y no tengamos que renunciar a los suculentos platos que integran el menú del Maestranza, y que tiene como aperitivo una nueva imagen, un logotipo corporativo sencillo y conceptual que sustituye al más clásico que tenía hasta ahora. Un Cosí fan tutte cocinado entre el propio Maestranza y el Calderón de Valladolid, volverá a dar la alternativa al joven sevillano Rafael Villalobos como director de escena, quien independientemente de su acierto o no volcará su personal y ambiciosa impronta en este inmortal y desenfadado título mozartiano. El director y contratenor mexicano Iván López Reynoso dirigirá entre otras a la italiana Carmela Romigio y la madrileña bien conocida del público del Maestranza Natalia Labourdette, que sin duda aportarán talento y encanto a esta sugerente producción. Las tres funciones de este título serán seguidas a finales del mismo mes por dos de un singular espectáculo, el que Joan Anton Rechi ha ideado a partir de Il combattimento di Tancredi e Clorinda de Monteverdi, una sucesión de madrigales sobre la guerra y el amor que tendrá como escenario un ring de boxeo poblado de personajes ataviados y enmascaradas como personajes de lucha libre, y que nos llega del Festival Castell de Peralada, con el especialista Fausto Nardi al frente de la Barroca de Sevilla. Del Clasicismo y el primer Barroco pasaremos a la música más estrictamente contemporánea con un título de la compositora catalana Raquel García Tomás estrenado el año pasado en el Teatro Español, Je suis narcissiste, una suerte de ópera bufa en torno a las modernas esclavitudes directamente enlazadas con el canto al yo más indiscriminado, que ocupará tres sesiones de diciembre y contará con la dirección escénica de Marta Pazos según una colorista producción de la Ópera de Butxaca i Nova Creaciò en coproducción con el Teatro Real, el Teatro Español y el Teatre Lliure. Y no será la única propuesta de nuestro siglo, porque por fin la música “moderna” tendrá su lugar con otro título, esta vez del muy prestigioso César Camarero, que con Es lo contrario abrirá las puertas del Maestranza a Juan García Rodríguez y su imprescindible Zahir Ensemble y nos propondrá una experiencia sensorial sumergiéndonos en la oscuridad total gracias a este trabajo inspirado en Los ciegos de Maurice Materlinck.

Eso será en marzo de 2021, antes en febrero Un ballo in maschera ocupará la cuota de ópera romántica y tradicional con este título que recrea el asesinato del Rey Gustavo III de Suecia durante un baile cortesano, proponiendo una intriga romántica y política que se verá reforzada en sus ideales de libertad por una cabeza gigante de la Estatua de la Libertad en esta producción de La Fenice de Venecia en cuya reposición han colaborado el Maestranza y el Teatro Real. Francesco Ivan Ciampa, reciente su debut en el Covent Garden londinense, dirigirá al célebre tenor mexicano Ramón Vargas en este título verdiano. También en febrero tendremos oportunidad de conocer otra ópera de cámara del sevillano universal Manuel García. Esta vez se tratará de su última obra, La cinesi, que propone una confrontación entre oriente y occidente a propósito de la siempre latente igualdad de género. El espectáculo vendrá servido de mano del Proyecto Ópera Studio de Sevilla, bajo la dirección musical del estupendo pianista Rubén Fernández Aguirre apostando por nuevas voces en esta producción del Teatro de la Zarzuela y la Fundación Juan March. Precisamente de ese teatro especializado llegará un año más la única zarzuela programada; será en marzo con El barberillo de Lavapiés, puro casticismo ideado por el Maestro Asenjo Barbieri según libreto de Larra, en una tradicional producción en la que destacan las voces de Borja Quiza y Cristina Faus. La ópera barroca volverá a finales de marzo con Argippo de Vivaldi en concierto y nada más y nada menos que Fabio Biondi y Europa Galante haciéndola realidad, celebrando doscientos cincuenta años de su estreno, aunque desde entonces y hasta muy recientemente apenas se había vuelto a representar. Vivica Genaux se sumará además al gran reclamo de esta producción del Femás enmarcada en la programación del Festival de Música Antigua del año próximo. La esperadísima Carmen de finales de mayo y principios de junio, ausente en la ciudad que popularizó Bizet desde la inauguración del coliseo y muy demandada por amplios sectores populares de la urbe, pondrá el broche de oro a esta suculenta temporada. En coproducción del Maestranza y la Ópera de Roma, con Emilio Sagi en la dirección escénica y la directora estonia Anu Tali a la batuta, Carmen tendrá siete funciones y dos repartos, destacando la mezzo georgiana Ketevan Kemoklidze, el tenor francés Sébastien Guèze y las voces españolas de María José Moreno, Sandra Fernández, Simón Orfila y Raquel Lojendio. Solo echamos de menos entre los títulos previamente anunciados Jenufa de Janácek, aunque el resto ha sido tan sorprendente y esperemos que gratificante que compense la caída de ese imprescindible título del compositor checo, cuya recuperación será no obstante una prioridad en la gerencia del teatro.

La oferta lírica se completa con varios recitales, el de la soprano de Lancaster especializada en el barroco Julia Doyle, que junto a la Barroca de Sevilla dirigida por Andoni Mercero interpretará en enero piezas de Purcell y Locke entre otros; otro a dúo entre Mariola Cantarero e Ismael Jordi, pareja romántica en la última Traviata vista en Sevilla, acompañados esta vez por el pianista Fernández Aguirre, y Ainhoa Arteta y Nancy Fabiola Herrera derrochando temperamento junto a la ROSS en marzo, para terminar con todo un espectáculo lírico celebrando los treinta años del teatro en torno a los títulos operísticos más famosos ambientados en Sevilla, con Arteta, Carlos Álvarez, Orfila, Xabier Anduaga, José Bros, Leonor Bonilla y Rocío Ignacio, voces que han ayudado a cimentar estas tres décadas de rienda cultural de la ciudad.

La danza será también uno de los ejes fundamentales de la nueva programación, esta vez con dos comparecencias de la ROSS en el foso. La primera para el tradicional ballet de Año Nuevo, una vez más Giselle de Adam pero en producción de la Compañía Nacional de Danza, con la dirección y la coreografía de Joaquín de Luz actualizando el libreto de Vernoy y Gautier. La segunda para conmemorar el centenario de Antonio el Bailarín en un ambicioso proyecto del Ballet Nacional de España en el que Manuel Coves dirigirá música del Padre Soler, Albéniz, Sarasate y Ernesto Halffter entre otros en una estimulante combinación de ballet clásico y flamenco. En este exigente género destaca también el homenaje a Federico Fellini en el centenario de su nacimiento, que con el Balletto de Siena celebrará la música de sus películas, especialmente la que compuso Nino Rota y Nicola Piovani, además de música adicional de Max Richter. Mientras, el Ballet del Gran Teatro de Ginebra pondrá en marzo en escena la música de Wagner para Tristán e Isolda, y Carmen volverá a protagonizar la programación con un espectáculo del Centro Nacional de Danza con coreografía de Johan Inger y la música no solo de Bizet sino también de Rodin Schredin y nuevas composiciones para la ocasión de Marc Álvarez.

También como un espectáculo en el que la danza es fundamental se presenta Gugurumbé, el último proyecto de Fahmi Alqhai y Accademia del Piacere, que se estrenará este verano en el Festival de Granada. Rocío Márquez y Nuria Rial son algunas de las artistas que acompañan al violagambista en este viaje por la influencia de los ritmos sudamericanos en nuestra música y folclore. Eso será en enero, mismo mes en que los excelentes O Sister! subirán por primera vez al escenario principal del Maestranza para recrear como ellos solo saben hacerlo la popular música americana de la Depresión del 29 que tanto ilusionó a millones de estadounidenses y ayudó a consolarse de sus miserias. Pastora Soler en diciembre y Soledad Giménez en febrero también subirán a un escenario que el 23 de febrero contará con una de las más acreditadas voces pianísticas mundiales, el veterano Grigory Sokolov que también tendremos oportunidad de disfrutar en Granada el próximo mes. La Orquesta Joven de Andalucía acudirá puntualmente a su cita anual, esta vez en abril de la mano de la directora australiana Sarah Ioannides, celebrando el centenario de Astor Piazzola, con el bandoneonista Claudio Constantini arreglando su música, a la que se unirá la Rapsodia en Blue de Gerhswin y la Sinfonía del Nuevo Mundo de Dvorák. Otra cita importante la protagonizará Jordi Savall en mayo, que junto a Le Concert des Nations homenajeará a la Tierra, ese planeta que a poco que nos descuidemos habremos condenado a su total desaparición, y prueba de ello son estos casi tres meses de confinamiento que tanto le han ayudado a reponerse. Música de Vivaldi, Telemann, Rebel, Locke, Marais y Rameau sonará para nuestro deleite en una propuesta que cuenta con Manfredo Kraemer como concertino.

De todos los espectáculos perdidos a costa de la pandemia, el Maestranza recupera solo dos, el de Pat Metheny, que volverá en junio, y el de Promenade Duo Piano, que se quedaron a las puertas de debutar en la Sala Manuel García y que de nuevo de la mano de Juventudes Musicales de Sevilla, probarán suerte en abril. La arraigada institución hispalense estará también detrás de las escasas propuestas de música de cámara de la temporada, el trío de cuerda Vandalia en febrero y el dúo Carlos Martínez y Seth Schulthéis, viola y piano, en mayo. Finalmente el regreso a Sevilla del legendario Teatro Negro de Praga y su particular versión de Alicia en el País de las Maravillas para deleitar las Navidades, y la producción de Els Comediants y El Liceo de Barcelona de La pequeña flauta mágica en abril, integrarán la necesaria oferta educativa para los más pequeños. Ahora solo falta cruzar los dedos, que nos portemos bien y no tengamos que lamentar un déja vu basado en nuestra falta de conciencia y responsabilidad. Pero mientras tanto tendremos oportunidad de entrar en el Maestranza, que el próximo jueves 9 de julio abrirá sus puertas para todo quien desee colaborar con el Banco de Alimentos de Sevilla en estos tiempos tan difíciles, como diría Dickens, y disfrutar con nada más y nada menos que la Real Sinfónica de Sevilla, Javier Perianes, Leonor Bonilla, Natalia Kuchaeva y el Coro de la Asociación de Amigos del Teatro de la Maestranza, entre otros, o si ya estamos en nuestros lugares de veraneo, optar por la fila cero. En estos tiempos la solidaridad es lo que menos sobra.