- David Ruano
Una suerte de epopeya musical con aires poperos al servicio de una mirada femenina del mito de Safos. Es lo que nos proponen Christina Rosenvinge, Marta Pazos y María Folguera con esta obra, con la que pretenden reconstruir el espíritu de los versos de Safo.
La dramaturgia combina las canciones con algunas escenas dramatizadas que, con absoluta libertad, nos muestran a una Safo segura, elegante y tierna, a la que Christina Rosenvinge da vida con sus canciones, que como era de esperar responden al estilo musical pop que ha definido su carrera profesional. Una canciones que ella interpreta en directo con absoluto dominio y versatilidad, aunque no acaban de casar con el carácter de epopeya de la dramaturgia, ni con la grandilocuencia de la puesta en escena, cuyo espacio escénico, tal vez por aquello de recrearla luz de la isla de Lesbos donde nació y vivió Safo, se decanta por una especie de templo de la antigüedad un tanto impostado.
Sobre la figura de Safo, en realidad, se sabe bastante poco, solo se conocen algunos de sus poemas escritos en papiros. Sin embargo es considerada como una de las poetas más insignes de la poesía griega arcaica. Y es que su obra fue extensa, estaba compilada en nueve libros en la Biblioteca de Alejandría, pero el Papa Gregorio VII ordenó quemar todos los ejemplares por considerarlos inmorales. De ahí que se hayan conservado solo algunos epitalamios y algunos cantos nupciales.
Todo ello se vuelca en esta obra, que recoge también su etapa como profesora que enamoraba a las alumnas y mantenía relaciones con ellas, o la leyenda que popularizó Ovidio sobre su suicidio a causa de un amor no correspondido. En esta escena las musas dejan el protagonismo a una chica de estética pin up propia de los años 50 que solo se explica porque, a lo largo de la obra, la dramaturgia se empeña en llevar al personaje de Safo por diferentes épocas y situaciones, en un intento de alejar su figura de la mirada masculina. Y desde luego eso es algo que la obra consigue, aunque, a fuerza de mezclar lo real con lo imaginado o sugerido con continuos cambios de escena, el espíritu de sus versos se acaba diluyendo.
Cabe destacar el entramado musical, interpretado en directo con maestría por las musas, que lo mismo tocan la guitarra que el teclado, que hacen los coros de una canción con ritmos latinos o bailan una pieza de danza contemporánea mostrando unos cuerpos desnudos sin complejos que se alejan de los cuerpos perfectos que nos vende nuestra sociedad de consumo.
Obra: Safo
Lugar: Teatro Central 10 de marzo
Producción: Teatre Romea, Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida y Grec 2022 Festival de Barcelona
Dramaturgia: Christina Rosenvinge, Marta Pazos, María Folguera
Dirección escénica: Marta Pazos
Dirección musical: Christina Rosenvinge
Coreografía: María Cabeza de Vaca
Intérpretes: Christina Rosenvinge, Irene Novoa, Juliane Heinemann, Lucía Bocanegra, Lucía Rey, María Pizarro, Natalia Huarte y Xerach Peñate
Calificación: 3 estrellas