España se encamina hacia la Navidad más atípica que hayamos vivido antes, pero sin que falte el olor a ajonjolí, canela y miel para trasladarnos a nuestra infancia y hacernos sentir más cerca de nuestros familiares. La tradición de los dulces navideños seguirá estando y los pestiños seguirán amasándose en la pastelería artesanal Álvarez, una marca líder del pestiño y proveedor de Mercadona porque el cliente de este supermercado así lo decidió, al igual que decidió el tamaño y que fuese de miel.
Mercadona busca al mejor proveedor de sus productos en base a las demandas del cliente. Y, en el caso de los pestiños, es la Pastelería Álvarez. Según Pablo Álvarez, CEO de Pastelerías Álvarez, «Mercadona en 2017 buscaba un proveedor especialista y, junto a ellos, desarrollamos un pestiño un poco más pequeño del que fabricábamos para satisfacer las demandas del cliente de Mercadona, que quería un pestiño de menor tamaño y con una máxima calidad. Desde entonces desarrollamos con ellos la campaña de Navidad y la de Semana Santa. Siempre colaborando en la planificación de las campañas y en los tiempos de entrega para el producto llegue a las tiendas lo más fresco posible».
La especialista en pan de larga vida y surtidos dulces de la sección de Horno de Mercadona, Laura Fernández, explica que para definir el surtido parten de “captar” desde el cliente, al que en Mercadona definen como «el jefe». «Captamos de los jefes qué necesidades tienen a través de observarlos, escucharlos, preguntarles, las sugerencias que nos llegan al teléfono de atención de Mercadona y conociendo el mercado. Ese es nuestro punto de partida y, a partir de aquí, nos ponemos en contacto con el gerente de compra de Mercadona para que nos facilite el proveedor especialista mejor del mercado de ese producto específico y pasamos a las pruebas con clientes de Mercadona», expresa.
Andalucía, Extremadura, Ceuta y Melilla son los lugares en los que se venden estos pestiños de miel en Mercadona. Unos dulces que cada año reciben más valoraciones positivas por parte del cliente. Empleando las palabras de Laura Fernández: «Los pestiños son unos productos locales en un periodo concreto, concretamente ahora lo estamos trabajando en el periodo de Navidad y también lo trabajamos en Semana Santa. Lo trabajamos en las tiendas de Andalucía, Extremadura, Ceuta y Melilla. Y año tras año recibimos muy buenas opiniones por parte de los clientes».
Veintiuna mujeres amasan los pestiños
En la planta recién construida en La Cañada del Rosal, estos pestiños se fabrican con un amasado manual y un proceso tradicional de elaboración de este dulce, que hacen de forma manual veintiuna mujeres que constituyen el noventa por ciento de esta empresa de cuatro generaciones. «Cada pestiño es único e irrepetible porque es un trabajo manual», explica Álvarez, CEO de Pastelerías Álvarez, quienes han conseguido llevar el pestiño a la industria sin dejar de hacer un producto artesano.
Además, el negocio familiar de Pastelerías Álvarez utiliza ingredientes de calidad y de la zona para este dulce: vino de Estepa, harina de La Rambla, miel de un apicultor de Sevilla, aceite de Osuna...
«En la materia prima seguimos su calidad desde el origen. Y buscamos una materia prima de la mayor calidad posible: desde el vino de la zona, el aceite de girasol alto oleico, la miel de la sierra norte de Sevilla...», argumenta el CEO de Pastelerías Álvarez.
Estos pestiños van a ser certificados en la norma de calidad y seguridad alimentaria ICF Food, un dulce que ha aumentado hasta un treinta por ciento las ventas de este negocio. Y que no sería posible sin los clientes Mercadona, ya que, según Álvarez, «gracias a ellos hemos podido crecer». Un pestiño que triunfa y que da cada vez más capacidad productiva a las nuevas instalaciones Álvarez.