Así fue la batalla entre Castaño (y su hijo) y el consejo del Betis

El exconsejero fue el más constante en las críticas a la actual gestión pero se encontró con las agrias réplicas de Haro. Pagola le explicó por qué la venta de N’Diaye figura en las cuentas de la 2015-16. El presidente instó al hijo a dejar su currículum a Buenaventura

31 dic 2016 / 11:10 h - Actualizado: 31 dic 2016 / 12:03 h.
"Real Betis","Manuel Castaño","Ángel Haro"
  • Ángel Haro y José Miguel López Catalán (izquierda) frente a Manuel Castaño / Manuel Gómez
    Ángel Haro y José Miguel López Catalán (izquierda) frente a Manuel Castaño / Manuel Gómez

La última junta de accionistas del Betis pasará a la historia como una de las más tensas de los últimos años, como por otra parte es habitual cada vez que Farusa o Manuel Castaño y sus afines se presentan en la asamblea. El 30-D no se salió de ese guion. Los principales representantes de Manuel Ruiz de Lopera (su sobrino Javier Páez y José Antonio González Flores) no hablaron en toda la noche, pero el abogado sí, y además varias veces. En todas generó la previsible controversia con otros accionistas y en todas se encontró con la réplica del consejo. El presidente, Ángel Haro, fue especialmente duro con él.

La primera aparición de Castaño fue en el debate sobre las cuentas del club. «Ponen de manifiesto algo que es ficticio, irreal, el mundo imaginario de Platón, pero no tiene nada que ver con la realidad contable del Betis. El beneficio es de 7.000 euros, pero después de impuestos es de 3,9 millones. Es increíble», dijo el exconsejero. «Dice el consejo que en Primera hay más gastos que en Segunda, pero en Primera también se producen más ingresos. Y tenemos 46 millones de pasivo a 30 de junio. Y a Hacienda se le debe más de 8 millones de euros», añadió.

El traspaso de N’Diaye fue un argumento recurrente por las dos partes. «Nos vende un resultado positivo de 3,9 millones, pero es mentira. Lo consigue aflorando los créditos fiscales de la época de Lopera y disminuyendo las provisiones. Y lo complementa con el traspaso de N’Diaye, que corresponde a la temporada 2016-17. Maquillan las cuentas. Si a esos 8 millones de pérdidas se les suman los 3 del año pasado, son 11 millones de pérdidas en la temporada con más cifra de negocio. Muy mala gestión económica», sentenció.

La réplica corrió a cargo del consejero José María Pagola, que se había encargado de presentar las cuentas. El economista explicó por qué la venta de N’Diaye figura en las cuentas del ejercicio 15-16 a pesar de que su traspaso al Villarreal se hizo oficial el 8 de julio. Es decir, después del 30 de junio, cuando concluye el curso económico. «Hoy en día, vender un jugador forma parte de la gestión ordinaria de un club. El Betis ha salvado el año porque ha tenido un montón de abonados y ha ganado mucho dinero por la televisión. Y también por las ventas. Para dar de baja a un jugador nos apoyamos en el contrato de cesión definitiva de derechos del jugador. Se firmó el 28 de junio de 2016, tanto por el señor Roig como por nuestros presidente y vicepresidente y N’Diaye», relató Pagola, que sí reconoció que hay «una deuda importante por IVA, por la venta de N’Diaye, las retenciones de febrero, el aumento del IVA devengado por las facturaciones que el club hace a la Liga por los derechos de TV...».

En este caso, la respuesta de Haro fue muy concisa: «No responderé a las provocaciones. Maquillar las cuentas es un delito. Vaya a los juzgados, pero vaya usted, sea valiente, no sea cobarde», le espetó.

La siguiente intervención de Castaño tuvo que ver con la gestión del consejo. En este asunto se retrotrajo al concurso de acreedores, que ha provocado su inhabilitación por parte del Mercantil. «No fueron 90 millones, fueron 76 millones», reclamó. Luego empezó a enumerar datos económicos, como la quita del concurso, los casos ganados ante Hacienda... Y después, los fichajes fallidos de los últimos años, pero fue interrumpido por los abucheos y las protestas. «Representamos casi lo mismo que el consejo, respétennos dos minutos», pidió.

Haro tampoco se prodigó mucho en su respuesta. «Usted da pena», le respondió. Fue más extensa la contestación de José Miguel López Catalán: «Los que están en el lado oscuro son cuatro gatos y dos palmeros. No hay sitio en el Betis para los que le han hecho daño», advirtió el vicepresidente.

En este capítulo, por cierto, se dio la circunstancia de que Pablo Castaño, el hijo del abogado, también intervino contra el consejo para criticar su gestión de la cantera y comparar al Betis B con el Sevilla Atlético. «Uno no se pasea por Tercera y el otro se pasea por Segunda», lamentó, lo que a su vez le valió la pitada de la sala por hablar del eterno rival, otro argumento muy repetido por los afines a Lopera. Como anécdota, Haro le respondió después que podía dejar su currículum al director de la cantera, Pedro Buenaventura.

La última réplica de Castaño tuvo que ver con la compra del club de baloncesto. «El coste mínimo anual será de 3,5 millones al año. El Betis no es un club de baloncesto, es de fútbol. Ni porque sea un capricho del señor Haro ni de las instituciones de Sevilla tenemos que adquirirlo», reivindicó. «La marca se consigue jugando la Champions y finales», afirmó.

En este caso, la respuesta de Haro se dejó esperar hasta su discurso final. «Los resultados de las votaciones dejan muy claro que los béticos no queremos el pasado. Me gustaría decirle al señor Castaño que puede ser presidente del Betis, pero nunca será presidente de los béticos», sentenció.