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Varios jugadores béticos festejan con Rubén Castro y los aficionados el 1-0 al Lugo el pasado domingo. / Inma Flores -
El ascenso bético se sigue haciendo de rogar, como el último de 2011, que se celebró en el AVE de vuelta de Tarragona. Este puede llegar el domingo en el autobús camino del Villamarín o mientras los béticos se dirijan andando al final de la Palmera. Ayer ganó el Girona (0-3 en Vitoria) y no podrá ser matemático esta noche en Santander, pero el Sporting no pasó del empate en Alcorcón y el Betis puede establecer hoy unas diferencias casi insalvables con los asturianos, a los que con una victoria dejarían a ocho puntos con nueve solo por disputar. En caso de ganar en el Sardinero, el Betis tendría un 77,7% de opciones de subir incluso antes de jugar el domingo. Pero el cien por cien del ascenso, sin depender de nadie, solo se lo darían dos victorias más: hoy en Santander y el domingo ante el Alcorcón. Así que hay que ir aplicándose el cuento de las cuentas. Ganando estos dos partidos, el Betis, además, se proclamaría campeón de Liga de Segunda división, así que la fiesta puede ser doble.
Pepe Mel no piensa tocar mucho el equipo respecto del que salió de inicio el pasado domingo ante el Lugo, aunque un par de cambios sí piensa introducir, uno obligado por la sanción de N’Diaye, que ante los lucenses jugó posiblemente su mejor partido de la temporada, y otro, quizá, para dar descanso a Xavi Torres y situar a Lolo Reyes como único pivote por delante de la defensa y por detrás de la línea de tres media puntas que han de enlazar con la pareja Rubén-Molina, autora de 14 de los 16 últimos goles del equipo (ante el Lugo también marcaron Molinero y Rennella).
En Santander aguarda al Betis un Racing que ayer se concentró en el Hotel Milagros y ocupa actualmente plaza de descenso a Segunda división B, a la que ya lo mandó el Betis en 1990 tras certificar los verdiblancos su retorno a Primera la jornada anterior, con goles de Pepe Mel. Ese fue el último ascenso bético logrado en el Villamarín: el miércoles hizo 25 años, las bodas de plata del adiós a la división de plata, que esta vez puede llegar acompañado del campeonato matemático. Dos triunfos faltan para ello.