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Quique Setién (derecha) habla a sus jugadores en el entrenamiento del sábado. A la izquierda, Feddal, que vuelve al once / Manuel Gómez
Lionel Messi es un jugador tan bueno que decir que es tan bueno se queda cortísimo; Luis Suárez convierte en gol cualquier sandía que le manden, así que no digamos si el pase viene del argentino, de Jordi Alba, de Rakitic o de Sergi Roberto; Ernesto Valverde, un tipo sensato que rara vez mete la pata, ha conseguido que un equipo que en verano parecía poco menos que condenado a reír las gracias al Real Madrid lo aventaje ahora en una barbaridad de puntos y tenga tres cuartas partes de la Liga en su poder; y, en definitiva, el presupuesto de uno multiplica el del otro por más de diez (897 millones a 87), pero el Betis tiene derecho a soñar. A soñar que puntuar frente a este Barcelona de ensueño que sólo provoca pesadillas a sus rivales no es ningún cuento de ciencia ficción. A soñar que puntuar o, quién sabe, ganar y enlazar tres victorias consecutivas no es una utopía. A soñar que soñar es gratis, aunque con Messi (y compañía) enfrente siempre dé la impresión de que hay que pagar hasta para eso. Soñar.
El Betis, como cualquier otro equipo, tiene licencia para imaginarse que es posible competir con un rival que no ha perdido ni un partido de Liga en toda la primera vuelta y que no cede ninguna derrota en la competición desde hace veintiséis encuentros. La última fue el 7 de abril del año pasado en Málaga. En el caso verdiblanco, esa licencia parece más legítima tras sus victorias contra el Sevilla y el Leganés. Hace un mes, ese derecho a soñar seguramente habría sido menos derecho. Ahora, el equipo de Quique Setién al menos puede enfocar la cita como una noche para el disfrute porque ha reencontrado su versión buena. La buena, que no la mejor. El balance de esos dos encuentros ha sido de ocho goles a favor y cinco en contra, así que el Betis está fluido en la circulación y es eficaz en ataque, sí, pero todavía le falta afinar la solvencia defensiva. Para eso recupera a Feddal y habrá que ver si a Mandi, que una vez cumplida su sanción se ha encontrado con un esguince de tobillo. Francis, también dudoso, se entrenó ayer sin aparentes problemas.
La apuesta del Betis contra el invencible Barcelona no será distinta de la habitual. Los verdiblancos querrán la posesión, un objetivo muy loable que lo será más todavía si son capaces de llevarlo a cabo ante el equipo por antonomasia cuando de tener y mimar la pelota se trata. Si no logran arrebatársela, los hombres de Setién como mínimo tratarán de entorpecer el inagotable caudal creativo azulgrana yendo a su propio campo, quizá al estilo de lo que hizo el Betis de Víctor el año pasado.
NÚMEROS QUE DAN MIEDO
El Barça acumula ocho victorias, dos empates y ninguna derrota, más sólo 5 goles en contra, fuera de casa. Además, cuenta con Paulinho tras unas molestias que lo convirtieron en duda y recupera al central Umtiti después de varias semanas de baja, pero sobre todo dispone de Messi en plenitud de condiciones. El argentino jamás ha perdido un partido de Liga ante el Betis, y ya lleva dieciséis (doce triunfos y cuatro empates) en los que ha marcado doce goles. Luis Suárez tampoco se queda cojo cuando se enfrenta a los heliopolitanos: les ha hecho siete goles en cuatro partidos.