Betis Tour Experience: mucho más que el ‘manquepierda’

El circuito turístico del Villamarín crece con paso firme: en lo que va de 2016 lleva un 20% más de visitantes que en todo 2015. «Los turistas valoran mucho la cercanía. A una japonesa le gustó más que el Camp Nou», relata una de las guías

07 oct 2016 / 08:00 h - Actualizado: 06 oct 2016 / 15:15 h.
"Real Betis","Turismo a la sevillana"
  • María Cardellat muestra a unos visitantes una de las primeras camisetas de la historia del Betis / Pepo Herrera
    María Cardellat muestra a unos visitantes una de las primeras camisetas de la historia del Betis / Pepo Herrera
  • Dos jóvenes hacen fotos a los sitios de Rubén Castro y Joaquín en el vestuario del Betis / Pepo Herrera
    Dos jóvenes hacen fotos a los sitios de Rubén Castro y Joaquín en el vestuario del Betis / Pepo Herrera

El Betis Tour se inauguró en 2014, así que casi es un recién nacido, pero crece a buen ritmo. En lo que va de 2016, las visitas han aumentado un 20% respecto a todo 2015: 3.197 aficionados entre enero y septiembre, frente a los 2.653 del año pasado. En general predominan los no abonados (2.863) y los extranjeros ya son más del doble que en 2015 (510 frente a 250). «Les cuesta entender el manquepierda», afirma María Cardellat, una de las guías.

Los visitantes ven la Sala de Símbolos, el Pasillo de la Memoria y el Muro de las Leyendas, van al vestuario, suben al palco y bajan al césped. Admiran una de las primeras camisetas de la historia (donada por Ramos Asensio, el entrenador-jugador que importó de Escocia los colores del Celtic), repasan los hitos (malos y buenos) de 109 años de vida (la Liga del 35, la caída a Tercera, el manquepierda, las Copas del 77 y 2005, la Champions...), recuerdan a los mitos (los campeones del 35 y el 77, Rogelio, Del Sol, Rincón, Serra Ferrer, Finidi, Alfonso, los Ríos, Rubén...) y de vez en cuando hasta se encuentran al mismísimo Gordillo.

La guía es Amanda López, pero en verano lo ha sido María. Quién mejor que ella para contar la intrahistoria del recorrido. Primer apunte: «El favorito es Gordillo. Para los veteranos, Rogelio. Y para los jóvenes, Joaquín y Rubén Castro. Alguno bromea con que en el Muro falta Denilson, que es el fichaje más caro». En el vestuario, «la parte preferida de los niños», ganan Rubén Castro, Musonda y Joaquín. El portuense «es el favorito del público femenino». Curiosa revelación.

Llama la atención que se visite el vestuario local, no como ocurre en el Camp Nou, por ejemplo. O el tamaño de los trofeos: «Los extranjeros dicen que en sus países no son tan grandes ni con tantos detalles». Es verdad: en un Ciudad de Sevilla hasta aparece la Plaza de España. Y la vista desde el palco impresiona. «Hay quien pregunta cuánto cuesta un carnet allí». El césped no se pisa, aunque algún niño se presenta con balón, por si acaso...

En resumen, unos 50 minutos de visita. «Valoran mucho la cercanía. Y muchos dicen que en el Bernabéu o el Camp Nou van con audioguías o las visitas son a toda prisa», explica María.

Las historias dan para un libro. Una chica de Zaragoza se presentó llorando porque iba a cumplir una promesa que dio a su padre, un emigrante, poco antes de morir. Un joven de Alicante tenía el estadio tatuado a lo largo y ancho de la espalda. Una familia de Valencia hizo la visita porque su hija, de 30 años, se había hecho del Betis; nadie se lo explicaba. Un chico gallego de 15 años se plantó allí solo y explicó que era del Betis desde chico y en el colegio se metían con él por ser de un equipo que ganaba muy poco.

Otro chaval inglés o un joven australiano se hicieron del Betis porque lo vieron por internet y les atrajo la atmósfera del Villamarín. A una japonesa y su hijo les gustó la visita más que las del Madrid o el Barça. A una holandesa y un alemán los encandilaron los colores del equipo y la afición. Otra holandesa tuvo que corregir a un taxista sevillista que la llevaba a Nervión y le dijo que quería ir al otro estadio. ¿Conclusión de la guía? «Es sorprendente que un equipo que hace sufrir tanto y no gane muchos títulos atraiga a tanta gente».