El Betis amarga la Semana Santa a los suyos

LA CRÓNICA. El conjunto verdiblanco cae ante el Málaga (0-1) por culpa de un gol que encajó cuando menos lo merecía. Adán salvó a su equipo en la primera parte, pero falló en el tanto de Camacho. Merino y sus hombres pierden un punto de ventaja sobre el descenso

20 mar 2016 / 00:00 h - Actualizado: 20 mar 2016 / 08:58 h.
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  • Damiao, que fue titular, pugna con Recio y Albentosa / Manuel Gómez
    Damiao, que fue titular, pugna con Recio y Albentosa / Manuel Gómez

El Betis no mereció perder ante el Málaga, igual que no mereció ganar en La Rosaleda en la primera vuelta, pero el fútbol tiene a veces ese extraño sentido de la justicia y el equipo verdiblanco sufre dos derrotas consecutivas por primera vez con Juan Merino en su banquillo. También cede un punto de ventaja sobre la zona de descenso, con lo que su margen se queda en seis. Cayó el Betis por culpa de un gol de Camacho en el que tuvo mucho que ver Adán, que firmó una mala salida que facilitó el tanto contrario. Ahora bien, culpar al cancerbero de la derrota sería igual de injusto que lo fue el resultado final, porque antes evitó tres goles malaguistas. En todo caso, no fue un buen encuentro del Betis, que pierde dos partidos seguidos justo después de conseguir dos victorias también consecutivas. En otras palabras, pasa del acelerón al estancamiento ahora que soñaba con ver de cerca la barrera psicológica de los 40 puntos.

El partido estuvo a punto de comenzar de la peor manera posible para el Betis, que se plantó en el campo precisamente así, de la peor manera posible. En cuestión de tres minutos, el Málaga disfrutó de hasta tres ocasiones muy claras. La primera, a los 45 segundos, fue un chut de Charles tras un mal despeje de Vargas que se marchó fuera por centímetros. La segunda, un derechazo de Albentosa desde cerca que Adán repelió con una mano salvadora. Y la tercera, un nuevo remate de Cop que volvió a toparse con el cancerbero. La primera parada fue imponente, por si no ha quedado claro en la descripción de la jugada.

El Betis, por decirlo de forma suave, no se enteró de que estaba jugando un partido de Liga hasta que el cronómetro llegó al minuto 10. A partir de ahí, al menos se hizo con la posesión del esférico. Otra cosa es que lo distribuyese con brillantez o peligro. Nada de eso ocurrió. En todo caso, Dani Ceballos se entonó un poco, Musonda comenzó a aparecer con frecuencia y Ochoa dejó de ser un espectador más, aunque en realidad no intervino en ninguna jugada. Tres ocasiones acumularon los verdiblancos en ese tramo de dominio claro por su parte, aunque sólo una fue realmente clara: un centro quizá muy fuerte de Vargas, tras un excelente pase anterior de Ceballos, al que no llegaron ni Rubén Castro ni Damiao (23’). El brasileño, una de las sorpresas de la alineación, se fajó bien con los defensas, aunque rematar, lo que se dice rematar... Lo hizo una sola vez, en el segundo tiempo, y la puntería le falló de forma flagrante.

El Málaga acabó la primera parte como la empezó, mejor que el Betis y con pocas pero afiladas llegadas a Adán, que reapareció de nuevo en plan salvador en un remate de Charles, favorecido por cierta dejadez de Vargas (38’), y un intento de gol olímpico de Recio (44’). Sin embargo, el Betis aprendió la lección y regresó del vestuario con mucho más ímpetu. Durante casi media hora, de hecho, ahogó al Málaga en su mitad de parcela y a veces en su área. Se lanzaron a por la victoria los verdiblancos a las órdenes de Dani Ceballos, que se equivoca a menudo pero también tiene más calidad que ningún otro organizador, y habrían salido de ese parcial con ventaja si Damiao hubiese estado fino en los dos rechaces francos, franquísimos, de que dispuso tras sendos chuts de Rubén Castro y las correspondientes paradas de Ochoa. Primero, el balón le vino al pecho y no lo orientó hacia la portería (55’). Luego dio un paso de más y el balón le pasó por encima (57’). El brasileño no quedó en muy buen lugar, la verdad.

El conjunto de Merino era mejor y más ambicioso que su enemigo pero, al igual que ocurrió en la primera vuelta en La Rosaleda, marcó el que menos méritos estaba reuniendo para hacerlo. Fue a apenas ocho minutos del final, en una falta muy bien lanzada por Recio, un peligro continuo a balón parado. Adán calculó mal y se quedó corto, Camacho saltó más que Pezzella y el balón terminó en la red. La poca capacidad de reacción que tuvo el Betis no le dio más que para mandar un balón tras otro al área visitante, pero ninguno con peligro. Clos Gómez pudo pitar un penalti por mano de Albentosa tras un centro de N’Diaye, pero habría sido rigurosísimo, para ser sinceros.

REAL BETIS: Adán; Montoya (Fabián, m. 86), Pezzella, Westermann, Vargas; Kadir (Joaquín, m. 70), N’Diaye, Dani Ceballos, Musonda; Damiao (Jorge Molina, m. 63) y Rubén Castro.

MÁLAGA CF: Ochoa; Rosales, Albentosa, Weligton, Miguel Torres; Juanpi (Atsu, m. 91), Camacho, Recio, Chory Castro (Juan Carlos, m. 66); Cop (Pablo Fornals, m. 74) y Charles.

Gol: 0-1, m. 82: Camacho.

Árbitro: Clos Gómez (Comité Aragonés). Amonestó a Pezzella (16’), Albentosa (27’), Chory Castro (45’), Montoya (52’) y Jorge Molina (92’).

Incidencias: partido de la 30ª jornada, disputado en el estadio Benito Villamarín ante 31.371 espectadores.