El Betis mereció ganar al Barcelona, así de claro (1-1)

LA CRÓNICA. Luis Suárez empata en el minuto 90 un partido que siempre fue por el camino que quiso el equipo verdiblanco. Marcó Álex Alegría, los de Víctor se estrellaron dos veces con los palos y Rubén desperdició la sentencia en el 81’. El árbitro no vio un gol legal del Barça

29 ene 2017 / 14:12 h - Actualizado: 30 ene 2017 / 13:43 h.
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  • Rubén Castro en un lance del encuentro. / Manuel Gómez
    Rubén Castro en un lance del encuentro. / Manuel Gómez

Al que no haya visto el Betis-Barcelona de la 20ª jornada de Liga quizá le suene demasiado contundente el titular que encabeza esta crónica, pero no hace más que reflejar la verdad de lo ocurrido en el Villamarín. El Betis fue muy superior al Barcelona y no sólo se adelantó en el marcador mediada la segunda mitad, sino que también lanzó dos remates a los palos y desperdició un clarísimo mano a mano contra Ter Stegen a nueve minutos del final. Y sobre todo jugó bastante mejor, con las ideas diáfanas y un despliegue físico como no se le había visto en toda la campaña. Pero llegó el minuto 90, Nahuel cometió una pérdida absurda y Luis Suárez marcó. Antes, el árbitro no vio un gol fantasma que en realidad era legal, pero ni así mereció puntuar el aspirante a la Liga. Así de claro.

Fue el mejor Betis que se ha visto en el Villamarín, y fuera, en toda la temporada. Fue un equipo valiente, intenso y eficaz en defensa, coherente y combinativo en ataque, contundente en el balón dividido y sin una sola fisura en ninguna de sus líneas. Fue un Betis, como ya adelantó Víctor, sin miedo. Y fue un Betis mucho mejor que un Barcelona lento y amodorrado, como si tuviese legañas en los ojos y en los pies. Dani Ceballos fue el extremo opuesto a eso. Aliviado de la enorme carga defensiva que sobre sus hombros había caído en las últimas jornadas, liberado de tanta presión gracias a la escolta de Rubén Pardo y Petros a su espalda, el utrerano movilizó y organizó a los suyos del centro del campo hacia delante, dio un recital de aperturas al hueco como si tuviese ojos por todas partes y volvió loco al centro del campo culé. Y cuando le faltó el aire, muy avanzada ya la segunda parte, se agigantó Petros. Lástima que el brasileño se quedase sin fuerzas a sólo cinco minutos del final.

El cambio radical que experimentó el Betis se notó desde el minuto 1, con un primer remate de Ceballos que atrapó Ter Stegen. Los verdiblancos, alejadísimos de la timorata imagen de tantas jornadas, fueron a por el Barça y le presionaron la salida del balón e incluso el saque de Ter Stegen. El dibujo, más que el habitual 5-3-2, pasó a ser una especie de 5-2-3 o 3-4-1-2, con los laterales a la altura de los dos pivotes o más allá, como extremos casi puros. El osado esquema fue un éxito. No hubo manera humana de que el Barça trenzase ni una jugada y el Betis, en cambio, disfrutó de hasta cinco opciones de gol antes del intermedio. La más clara, un derechazo de Ceballos que halló réplica en el meta azulgrana (18’). También lo intentó Rubén tras una buena presión de Piccini (11’), Durmisi tras una rápida contra (22’) y Rubén de nuevo en dos ocasiones: primero chutó al lateral de la red (26’) y después se quedó con poco margen para remachar tras una internada de Piccini que culminó Durmisi (33’).

El Barça sólo tuvo una ocasión en toda la primera parte. Fue la única vez que Messi, generalmente bien vigilado por Petros y Pardo, conectó con Neymar, pero el brasileño se topó de frente con un excepcional Adán (37’). Por lo demás, siempre con matices, fue una mitad tranquila para la defensa verdiblanca, en la que por cierto gustó mucho lo poco que hizo el debutante Tosca, seguro y con buen manejo para la salida del balón. Y aunque fue una zaga de tres, en realidad Piccini y Durmisi fueron dos puñales por sus respectivos flancos. Fue un gran partido de los dos laterales de principio a fin.

Todo siguió igual tras el intermedio, aunque el primer remate peligroso fue del Barça, con la firma de Aleix Vidal (51’). Pero fue un espejismo azulgrana. Cada vez que Ter Stegen sacaba de meta, había siete jugadores verdiblancos en la mitad de campo de su rival. Esa presión incansable, extenuante, casi proporcionó al Betis la recompensa que merecía en dos remates de Álex Alegría, uno tras otra recuperación de Piccini (55’) y el segundo después de que Rubén forzase una pérdida del portero visitante (59’). Que el Betis debía tener ya ventaja en el marcador lo sabía hasta Luis Enrique, pero por si había alguna duda... Minuto 70: rematazo de Dani Ceballos al larguero. Y minuto 73: derechazo de Rubén Castro al poste.

Parecía que no iba a llegar, pero el Betis marcó. Qué menos, con el partidazo que estaba realizando. Lo logró a los pocos segundos de ese segundo palo. Durmisi envió un gran saque de esquina al corazón del área chica, Álex Alegría peleó el primer remate y remachó con el segundo. Felicidad en el Villamarín. Justicia en el marcador. Premio a la extraordinaria actuación del espigado punta, que además de marcar se fajó con Piqué y Mathieu y cuanto rival lo acosó con una solvencia que diríase que lleva diez campañas en Primera.

El gol espabiló al Barcelona, pero entonces irrumpió la figura del asistente de Preferencia... a favor del Betis. Quién lo iba a decir. Los azulgrana marcaron tras un pase lateral de Aleix Vidal que remató Jordi Alba para que Mandi despejase sobre la línea de gol. O más allá, porque el balón la traspasó. El linier no lo advirtió. Decisión injusta que mantuvo la justicia en el marcador. Poco después, con los de Luis Enrique completamente volcados y el Betis casi sin aire en los pulmones (Petros dio todo lo que podía dar y ya estaba en el banquillo), Rubén Castro gozó de la mejor ocasión posible para sentenciar todo: un mano a mano con Ter Stegen que además pudo calcular con tiempo porque partió solo desde el centro del campo. Pero quiso asegurar tanto que se acercó demasiado al cancerbero y perdió la batalla.

Faltaban entonces nueve minutos para el final. Cuando quedaban cinco, entró Nahuel. El atacante, sin ritmo, no encajó bien en la frenética recta final del encuentro y protagonizó tres pérdidas a cual más peligrosa, todas a pocos metros de la frontal. En las dos primeras no ocurrió nada. En la última, el balón fue a parar a los pies de Messi, que vio el milimétrico hueco por el que se desmarcaba Luis Suárez y le puso la pelota para que sólo tuviese que rematar a la primera. Una pena. El Betis perdonó al Barcelona y no mereció siquiera el empate. Mereció ganar.

REAL BETIS: Adán; Piccini, Mandi, Pezzella, Tosca, Durmisi; Petros (Rafa Navarro, m. 85), Dani Ceballos, Rubén Pardo (Donk, m. 68); Álex Alegría (Nahuel, m. 85) y Rubén Castro.

FC BARCELONA: Ter Stegen; Aleix Vidal, Piqué, Mathieu, Digne (Jordi Alba, m. 67); Denis (André Gomes, m. 59), Rakitic, Arda (Sergi Roberto, m. 67); Messi, Luis Suárez y Neymar.

Goles: 1-0, m. 74: Álex Alegría. 1-1, m. 90: Luis Suárez.

Árbitro: Hernández Hernández (Comité Canario). Amonestó a Piqué (43’), Petros (67’), Rakitic (69’), Rubén Castro (78’) y André Gomes (78’).

Incidencias: partido de la 20ª jornada, disputado en el estadio Benito Villamarín ante 43.790 espectadores.