El mal día de un buen alumno llamado Betis

El equipo de Setién puso fin a su espectacular racha con una derrota que pudo haber evitado en la recta final del partido. Sólo entonces reaccionó el conjunto verdiblanco

05 may 2018 / 20:08 h - Actualizado: 05 may 2018 / 20:16 h.
"Real Betis","Quique Setién"
  • Fabián salta con Íñigo Martínez en un lance del encuentro. / Javier Zorrilla (Efe)
    Fabián salta con Íñigo Martínez en un lance del encuentro. / Javier Zorrilla (Efe)

Nueve jornadas han tenido que disputarse para asistir a la primera derrota del Betis desde que el pasado 4 de marzo hincase la rodilla por última vez. Aquel 2-0 frente al Valencia en Mestalla dio paso a un momento tan brillante que ha permitido al equipo de Quique Setién no sólo lograr un puesto en la próxima edición de la Europa League sino, además, conseguirlo incluso a falta de tres jornadas.

El estadio de San Mamés vio a un Betis con pasaporte europeo por méritos propios pero también a un conjunto alejado de esas señas de identidad que le han hecho acreedor del premio logrado el pasado fin de semana. Frente al Athletic, el Betis sólo apareció en la recta final del encuentro. Fue entonces cuando pudo empatar el partido, decantado por el gol inicial de Muniain, con un disparo de Fabián despejado milagrosamente por Kepa y con un tanto anulado por una inexistente falta de Loren sobre el guardameta local. Hasta ese momento, los verdiblancos, con cambios en su alineación por diferentes razones, nunca se erigieron en ese equipo que hasta este sábado había encajado tantos goles como los que recibió al finalizar esta visita a tierras bilbaínas.

El Athletic ganó marcando dos goles, estrellando dos balones en el larguero y con un gol mal anulado a Aduriz frente a un Betis sin esa solvencia defensiva ni esa capacidad ofensiva que le caracterizan. Con la pelota en su poder, el equipo de Setién careció de la claridad de ideas y de la capacidad de ejecución necesarias para hacer daño al rival. Y así, por poquito que hiciera el rival, era complicado.

No se puede decir que el Betis no peleara en San Mamés, aunque tampoco se pueden negar dos evidencias: un día poco lúcido y que parte de su mente estaba puesta en el derbi del próximo sábado. Con los deberes hechos, y más que bien, el buen alumno bajó su rendimiento esta vez. A buen seguro, en un Benito Villamarín lleno y deseoso de ver a su equipo poner la guinda a la temporada, el equipo será otro. San Mamés ya es historia y el sexto puesto puede llegar incluso antes del esperado derbi.