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El miedo a ganar como seña de identidad

El Betis ha perdido diez puntos por goles encajados en los diez últimos minutos, casi siempre después de que Víctor hiciese cambios defensivos. Ese exceso de cautela es una constante: el derbi, Riazor y el Espanyol son los ejemplos más claros y perjudiciales

02 abr 2017 / 09:30 h - Actualizado: 01 abr 2017 / 21:40 h.
"Real Betis","Víctor Sánchez del Amo"
  • Víctor entrega petos a dos de sus defensas, Piccini y Pezzella / Manuel Gómez
    Víctor entrega petos a dos de sus defensas, Piccini y Pezzella / Manuel Gómez

El Betis desperdició una buena segunda parte y un gol de renta en el campo del Espanyol y cayó al encajar dos tantos en un lapso de tres minutos en la recta final. Si se trata de extraer conclusiones preocupantes, dos datos copan el escalafón. Por un lado, es la decimocuarta derrota de los verdiblancos en 29 jornadas, lo cual significa que pierden casi la mitad de los partidos que juegan. La temporada pasada a estas alturas, por ejemplo, el conjunto que había cogido Pepe Mel y heredado Juan Merino llevaba tres derrotas menos (y tres puntos más). Y por otro lado es la enésima ocasión en que los puntos se le escapan al Betis en el tramo final, con el agravante de que en la mayoría de las veces hubo uno o varios cambios defensivos, obviamente por decisión de Víctor Sánchez del Amo, que empeoraron el nivel del grupo.

Este Betis es eminentemente perdedor: las derrotas casi doblan a las victorias (ocho) y sólo los ocupantes de la zona de descenso ceden más partidos (20 para Osasuna y 17 para Sporting y Granada). Las cosas no ocurren por casualidad, y menos después de tantas jornadas. Los deméritos del Betis son muchos y, esa impresión da, perpetuos. Que el Espanyol le marcase dos goles en los últimos minutos, de hecho, no es algo puntual. Que la remontada estuviese precedida de esas sustituciones de signo defensivo, tampoco. Y que haya una relación causa-efecto se presume bastante admisible.

El Betis de Víctor ha perdido 7 puntos por culpa de goles que ha encajado en los cinco últimos minutos de sus partidos. Si el espectro se amplía un poco, ha perdido 10 puntos en los diez últimos minutos. Y si se llega al último cuarto de hora, resulta que ha perdido 11 puntos. Esta es la lista de despropósitos: ante el Espanyol pasó de ganar 0-1 a perder 2-1 por un gol en el 87’ y otro en el 90’ (tres puntos menos); ante el Madrid encajó el 2-1 en el 80’ (un punto menos); ante el Dépor recibió el 1-1 en el 91’ (dos puntos menos); el Sevilla le marcó el 1-2 en el 75’ (un punto menos); el Barcelona le empató en el 90’ (dos puntos menos); y el Celta puso fin a aquel loco 3-3 con un tanto en el 84’ (dos puntos menos). En total, seis partidos que el Betis empató o perdió después de ir ganando (y ser superior a su rival).

Y falta el quid de la cuestión: los cambios de Víctor. En el RCDE Stadium metió a Petros por Rubén Castro nada más obtener el 0-1 (79’) y relevó a Brasanac por Álex Martínez nada más encajar el 1-1 (88’). En el Bernabéu, con 1-1, también metió a Petros por Rubén (64’). En Riazor, con 0-1, acabó recurriendo a Álex Martínez por Rubén Pardo (81’) y a Rafa Navarro por Brasanac (85’), así que terminó el choque con siete defensas. En el derbi realizó cambios más normales (Jonas por Tosca justo antes del 1-2, Felipe por Petros y Alegría por Sanabria más tarde...), pero el retroceso táctico del equipo en la segunda parte, con 1-0, fue evidente. Contra el Barcelona eligió a Donk por Rubén Pardo (68’), a Rafa Navarro por Petros (85’) y a Nahuel por Álex Alegría (85’). La excepción es el duelo contra el Celta (Rafa Navarro por Bruno, Joaquín por Sanabria y Felipe por Donk). Conclusión: el exceso de cautela, el miedo a ganar, suele perjudicar al Betis. Y ahí sigue el equipo, en mitad de ningún sitio en la tabla. Avanzar con tantos pasos atrás es imposible.