El pánico puede con la fe

Parece falta de actitud alevosa, pero el fútbol es un estado de ánimo y éste es ahora en el Betis una película de terror

03 dic 2017 / 23:35 h - Actualizado: 04 dic 2017 / 00:55 h.
"Real Betis","José Miguel López Catalán","Lorenzo Serra Ferrer","Ángel Haro","Quique Setién"
  • Durmisi encara a Tana, que le dio muchos problemas durante todo el choque. / Efe
    Durmisi encara a Tana, que le dio muchos problemas durante todo el choque. / Efe

Ahora mismo anda el bético maldiciendo a sus jugadores por un lamentable partido ante uno de los peores equipos de la Liga y por la aparente falta de brío y orgullo de sus hombres tras la debacle en la Copa del Rey ante los suplentes de un Cádiz de la Segunda División. Un acumulado en las últimas semanas que se une a las toneladas de frustración almacenadas en los últimos lustros. Un cóctel que ha mandado a tomar viento la ilusión generada por el propio Betis en septiembre. La pregunta es evidente: ¿qué ha podido pasar para que un equipo se caiga de esta manera? ¿Hay alguna razón para explicar cómo puedes ganar en el Santiago Bernabéu y arrastrarte en Gran Canaria? La hay, pero no es una, son varias acontecidas a la vez.

A las evidentes lagunas de la planificación deportiva de Serra Ferrer en la zona defensiva se han unido los ya conocidos riesgos de la apuesta de Quique Setién. El buen rendimiento ofensivo en las primeras semanas tapó el agujero, pero no fuimos pocos los que advertimos que ese ritmo de goles encajados, para un equipo como el Betis, era sencillamente insostenible. La asombrosa debilidad defensiva verdiblanca, ante el rival que sea, destruye cualquier idea de juego y, sobre todo, la confianza. La de unos futbolistas que si antes disfrutaban con el estilo ordenado por el entrenador ahora son presas del pánico. La pelota quema, la presión es desigual y de mentira por el auténtico pavor a que la delantera rival te coja las vueltas, aunque sea la suplente de un equipo de la Segunda.

Bajo esas directrices, las de un plantel con dudas sobre lo que hace, es tarea del entrenador solidificar una idea que parece innegociable pero que, aunque centre el debate general, no es la causa de todos los males. Si su estilo no es el adecuado, ¿quién apostó por él? ¿A quién ha engañado Setién? Absolutamente a nadie. Habría que mirar a las oficinas. El Betis está en crisis. Y menos mal que la descomposición llega con el equipo en la media tabla. Hay tiempo y al parecer algo de dinero para apuntalar la defensa en enero. Lo que no sé si hay es liderazgo para manejar esta situación y fe en Setién.