El Villamarín también está cansado del Betis de Víctor (0-1)

LA CRÓNICA. El equipo verdiblanco vuelve a perpetrar otro partido para olvidar y pierde por la enésima muestra de fragilidad defensiva en la primera jugada del segundo tiempo. En ataque fue un quiero y no puedo. Primeros cánticos contra Víctor y la directiva

04 abr 2017 / 21:06 h - Actualizado: 05 abr 2017 / 17:11 h.
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  • Sanabria, desolado tras el 0-1 de Adrián / Manuel Gómez
    Sanabria, desolado tras el 0-1 de Adrián / Manuel Gómez

El Villamarín también se ha cansado del Betis de Víctor. El conjunto verdiblanco volvió a perder, por enésima vez en lo que va de temporada, y la novedad de la noche es que la grada hizo lo que requería la ocasión: protestar por la penosa marcha de los suyos. En su día rechazó a Gustavo Poyet y ayer, 4 de abril, decidió que era el momento de pintar la cara a Víctor Sánchez del Amo y al consejo de administración que le prometió sólo hechos. Los hechos son quince derrotas en treinta partidos, una plantilla que no ilusiona ni a un ciego, otro proyecto camino de la papelera y todos los rezos habidos y por haber para que al Sporting o al Granada no les dé por despertar en las nueve jornadas que aún tienen por delante. El Villarreal, ajeno a toda la problemática que envuelve a su rival, se limitó a jugar al ralentí, o puede que más lento todavía, para escabullirse de Heliópolis con los tres puntos. El gol fue fruto del fallo defensivo nuestro de cada día, porque siempre lo hay cuando juega el Betis.

La iniciativa corrió a cargo del Betis al principio. El Villarreal, que gusta del toque y la jugada elaborada, prefirió guarecerse en su campo y tapar las vías de inspiración ofensiva de su rival. Como son tan pocas, el cometido suele ser fácil. Dani Ceballos y Durmisi protagonizaron la primera acción de mérito a los 40 segundos. Piccini también lo intentó con cierta frecuencia por su flanco y Rubén Castro bajó más de lo habitual para participar en la construcción, pero cualquier tentativa no pasaba de eso. Durante los veinte minutos que duró esta escenografía, el Betis se encontró con un balón franquísimo para Sanabria tras un error de Víctor Ruiz que enmendó Musacchio in extremis, un potente zurdazo de Rubén que atrapó Andrés Fernández y otro remate de Dani Ceballos con idéntico desenlace. El Villarreal priorizó la contención, pero ya en este tramo disfrutó de la mejor oportunidad, un mano a mano entre Sansone y Adán que ganó el meta.

El partido se tiñó de amarillo en cuanto Dos Santos y Rodrigo impusieron su ritmo, lento pero dominador, y el Betis se quedó sin ideas. Tenía tres pivotes para poner algo de orden, aunque Brasanac jugase más adelantado, pero la batalla de la medular fue para sus oponentes, las más de las veces con espacio de sobra para pensar y organizar. En todo caso, en esos veinticinco minutos de escaso fútbol, el único motivo de inquietud para Adán fue un cabezazo de Adrián en la segunda desaplicación de la zaga. El peligro, mínimo en esa parte del campo, desapareció de la otra. Andrés Fernández sólo era un espectador más.

La segunda parte comenzó de la peor manera posible para el Betis. Tras un saque de banda ya mal defendido, Bruno y Pezzella dejaron que José Ángel hiciese lo que quería por la izquierda, los otros dos centrales descuidaron la marca de Adrián y el delantero remató a placer. Víctor reaccionó diez minutos después. Metió a Joaquín por Piccini y pasó a jugar con una defensa de cuatro, con Bruno de lateral. La modificación táctica sentó mal a Durmisi, que acabó extenuado de tanto correr de arriba a abajo y viceversa. De todas formas, el Betis fue una auténtica nulidad a la hora de construir algo potable para soñar siquiera con sumar un puntito y el Villarreal no tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para resguardar a Andrés Fernández. Abandonado por Rubén Pardo y Brasanac, sin nadie que se moviese y le ofreciese salidas dignas de balón, Dani Ceballos lo intentó todo y de todas las maneras, pero era imposible. Si el plan de Víctor es el 10 contra el mundo, siempre ganará el mundo.

Fue en esa media hora de impotencia cuando proliferaron los cánticos contra los responsables del fiasco bético, sólo alterado por un cabezazo desviado de Pezzella tras un centro de Dani Ceballos. Y paren de contar. Si se mezcla la mejor defensa de la Liga con semejante lentitud en la circulación de la pelota, es la única consecuencia posible. Y para colmo de males entró Bruno, que acrecentó el orden y el aire de los suyos. Aunque tampoco es que estuvieran asfixiados, la verdad.

A falta de fútbol, léase cabeza, el Betis lo intentó con algo de corazón en el tramo final. Un intento de Rubén a trompicones tras la primera jugada al primer toque de todo el partido por parte verdiblanca, un remate forzado de Álex Alegría... No era gran cosa, pero sirvió para que los de Víctor creyesen que tenían una posibilidad. Bakambu casi la cercenó antes de tiempo: se topó con el poste tras aprovechar la indecente pasividad de Donk. El palo también evitó el empate postrero de Dani Ceballos, quién si no. Y así terminó otra noche para olvidar en La Palmera...

REAL BETIS: Adán; Piccini (Joaquín, m. 54), Bruno, Pezzella, Tosca (Donk, m. 77), Durmisi; Brasanac (Álex Alegría, m. 77), Rubén Pardo, Dani Ceballos; Sanabria y Rubén Castro.

VILLARREAL CF: Andrés Fernández; Mario, Musacchio, Víctor Ruiz, José Ángel; Samu Castillejo, Rodrigo, Jonathan dos Santos, Soriano (Bruno, m. 68); Adrián (Jaume Costa, m. 84) y Sansone (Bakambu, m. 64).

Gol: 0-1, m. 47: Adrián.

Árbitro: Gil Manzano (Comité Extremeño). Amonestó a Brasanac (39’), Víctor Ruiz (65’), Jonathan dos Santos (70’) y Durmisi (73’).

Incidencias: partido de la 30ª jornada, disputado en el estadio Benito Villamarín.