En el paraíso también hay problemas

El Betis continúa siendo poco fiable a balón parado (ha encajado tres goles de córner en las dos últimas jornadas y cuatro en toda la Liga) y ante el Valencia sí sufrió por su tendencia a vivir en el campo del rival

17 oct 2017 / 07:00 h - Actualizado: 16 oct 2017 / 22:22 h.
"Real Betis","Adán","Quique Setién"
  • Quique Setién, pensativo durante un entrenamiento / Jesús Barrera
    Quique Setién, pensativo durante un entrenamiento / Jesús Barrera
  • El 0-1 del Valencia: Kondogbia aprovecha un bloqueo para dejar atrás a Fabián, que no llega a tiempo.
    El 0-1 del Valencia: Kondogbia aprovecha un bloqueo para dejar atrás a Fabián, que no llega a tiempo.
  • El 0-3: Rodrigo aprovecha la mala marca de Narváez para cabecear dentro del área chica.
    El 0-3: Rodrigo aprovecha la mala marca de Narváez para cabecear dentro del área chica.
  • El 3-5: una pérdida de Tello en el centro coge fuera de sitio a toda la defensa. Mandi llega tarde a Zaza.
    El 3-5: una pérdida de Tello en el centro coge fuera de sitio a toda la defensa. Mandi llega tarde a Zaza.

El Betis perdió por un rotundo y tenístico 3-6 ante el Valencia y su afición, con la adrenalina a flor de piel por esos diez minutos mágicos en los que su equipo casi remontó un 0-4, despidió a los suyos con una ovación y un orgullo que no se recuerda ni siquiera en algunas de las victorias, pocas, de estos últimos años en Heliópolis. Eso significa que el proyecto de Quique Setién ha calado en la grada, como no puede ser de otra manera con el equipo en las posiciones europeas (antes de la derrota) tras vencer al Real Madrid y golear al Levante, entre otros buenos resultados. La alegría generalizada, sin embargo, no puede degenerar en la autocomplacencia. El Betis encajó seis goles, seis, y en la jornada anterior había recibido cuatro. En total, diez. También ha marcado siete (cuatro en Anoeta y tres frente al Valencia), pero el desenlace de esa delicada batalla entre el frenesí ofensivo y la blandura defensiva es un punto de seis para los heliopolitanos.

La sangría en el área de Adán es un problema que Setién debe taponar cuanto antes. Los últimos encuentros han catapultado el registro del Betis a 17 dianas en contra en ocho jornadas. Es el segundo equipo que peor protege su portería (el primero es el colista Málaga, al que han hecho un gol más) y es la séptima peor marca de su historia en Primera a estas alturas. Tiene por delante la 42-43 (25), la 32-33 (23), la 79-80 y la 39-40 (19) y la 65-66 y la 16-17 (18). Por poner ejemplos significativos, este Betis tan prometedor ha encajado más tantos que en dos de los peores descensos de su historia, los de la 90-91 (16) y la 13-14 (10). Y más del doble que en su penúltimo descenso, el de la 08-09 (8). Y cinco más que en su primer descenso del siglo XXI, en la 99-00 (12)...

Setién ya dijo la semana pasada que había acabado «cabreado» con «muchas cosas» que vio en Anoeta y seguro que tampoco se sentirá precisamente feliz cuando repase el encuentro de anteayer. La Real y el Valencia desnudaron algunos defectos que mantiene el Betis casi desde la pretemporada, unos relacionados con el balance ataque-defensa, es decir, cuando toca correr hacia atrás, y otros vinculados al balón parado. Son tres goles encajados en saques de esquina en estas dos jornadas y cuatro en total: Camarasa se hizo el 0-1 ante el Celta tras un cabezazo de Maxi Gómez; Llorente hizo el 4-4 en Anoeta al cabecear un córner sin que nadie lo marcase; y ante el Valencia, Kondogbia hizo lo mismo en el 0-1 sin que Fabián lo presionase y Rodrigo logró el 0-3 ante un Narváez demasiado pasivo.

Esos tantos, como el propio cántabro indicaba entonces, no son consecuencia del estilo de juego que propone su Betis, sino de «malas decisiones» defensivas individuales. El Valencia, sin embargo, sí se benefició de esa tendencia verdiblanca (a veces extrema) a vivir en el campo rival, aunque con 3-4 al filo del 90’ no cabían más alternativas.

El caso es que el Betis necesita corregir sus desajustes, los individuales y los colectivos, porque está ofreciendo espectáculo a la misma velocidad que datos negativos para la historia. Ese 3-6, de hecho, es el primero que se produce en el Villamarín y empata el recórd de partido con más goles jugado allí. El único precedente de un duelo con nueve goles es un 4-5 ante el Oviedo en la liguilla de promoción a Primera en la campaña 55-56. También es la cuarta vez que encaja seis tantos en su estadio. Sigue el ejemplo del 1-6 ante el Real Madrid la temporada pasada; el 2-6 de los merengues en la 86-87; y el 0-6 que le infligió el Barcelona en la ida de los cuartos de final de la Copa del Generalísimo de la 58-59.