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Lorenzo Serra Ferrer, con su nieto en brazos, justo después de ser vitoreado por los aficionados, el domingo por la noche
El derbi dejó como gran triunfador colectivo al Betis y como héroe individual, a Joaquín, pero hubo más. Uno de ellos fue Lorenzo Serra Ferrer. El vicepresidente deportivo verdiblanco no sólo pone su firma a la planificación de la plantilla. También es uno de los referentes del beticismo y, aunque el hecho resulta irrefutable y no requiere de más pruebas, el domingo por la noche volvió a comprobarlo en persona cuando salió del Villamarín.
La escena ocurrió fuera del estadio, en la esquina del Gol Sur y Preferencia, cerca ya de la medianoche, más de una hora después de que hubiese acabado el encuentro. Serra pasó por allí con su nieto en brazos e, inevitablemente, fue visto por las decenas de aficionados que aguardaban la salida de los futbolistas por el nuevo aparcamiento subterráneo. Su aparición eclipsó a los propios jugadores. Los béticos se arremolinaron alrededor del balear y, entre múltiples peticiones de autógrafos y fotos, empezaron a vitorearlo y cantarle «¡es nuestro líder, Lorenzo es nuestro líder...!».
Cuando acabó la escena, Serra continuó con su camino a pie por la calle Iguazú, aunque aún se paró constantemente para seguir atendiendo solicitudes de fotos con la felicidad del 1-0 del derbi reflejada en su rostro.