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Jorge Molina, Rubén Castro y Dani Ceballos celebran uno de los goles del 3-1 ante el Tenerife / Manuel Gómez
El Betis, líder de Segunda después de seis meses y medio apartado y a ratos muy alejado de esa posición, está lanzado. Lleva quince jornadas sin perder y desde hace tiempo es innegable que el cese de Julio Velázquez fue un enorme acierto. Otra gran clave es sin duda la formación de un tridente en toda regla que está conduciendo la nave bética a través de la frondosidad de las defensas enemigas. Dos de sus componentes son los esperados: Rubén Castro y Jorge Molina. El tercero es el jugador revelación de la temporada, en el Betis y en la categoría: Dani Ceballos.
La firma de este trío aparece en 32 de los 44 goles del Betis en la Liga. Son el 72,7% del total. Rubén ha hecho 19, Molina 9 y Ceballos se ha destapado con 4. Hay dos factores que realzan esa marca. El primero: Molina, marginado por Velázquez, no jugó en siete jornadas, la mitad de lo que duró el técnico vallisoletano. El segundo: Ceballos tiene 18 años y era impensable que acumulase este peso específico. Todos los tantos del chaval, por cierto, han llegado tras el primer relevo en el banquillo.
La preeminencia ofensiva del tridente, sobre todo en lo que atañe a Molina y Ceballos, creció precisamente con la marcha de Velázquez: desde entonces, los tres han logrado 20 de los 24 tantos de todo el equipo; es decir, el 83%. Y el porcentaje se ha agrandado con el retorno de Mel: en esas once jornadas han puesto su ‘copyright’ a 16 de los 18 tantos del equipo (88%); los únicos que se salen de ese monopolio fueron los de Bruno y Xavi Torres en Gijón.
En las ocho últimas jornadas sólo hay goles de Rubén, Molina o Ceballos en el Betis. Frente al Valladolid, Rubén hizo su segundo ‘hat trick’ como verdiblanco. Ante Las Palmas, Molina consiguió su primer doblete en casi tres años y Ceballos marcó su primera diana fuera del Villamarín.
El tridente también es un ejemplo de sintonía. En este tramo de Liga, Rubén ha dado dos asistencias a Molina (Tenerife y Valladolid) y otra a Ceballos (Sabadell); Molina provocó un penalti que transformó Rubén y le devolvió una asistencia contra el Tenerife más otra en Soria; y Ceballos forzó otro penalti que aprovechó Rubén (el 3-0 al Valladolid). Hay más: el 0-1 en Lugo partió del canterano, pasó por Molina y acabó en Rubén; el 1-0 ante el Girona fue un pase de Rubén que dejó pasar Ceballos para que Molina, tras un recorte, marcase; y el 2-0 fue un remate de Molina al poste que remachó Ceballos.
El lado malo de este fértil panorama ofensivo es la crisis de quien debía completar el ataque con Rubén y Molina. Rennella no marca desde el segundo partido de Merino, así que lleva trece jornadas en blanco, doce en realidad porque faltó contra el Tenerife por sanción. Fue el principio del fin para él y el principio de todo para Molina, que ha conseguido siete de sus nueve goles a partir de entonces. En las dos últimas jornadas, Rennella no ha jugado ni un minuto.