Juande y el Betis, la historia de nunca acabar

Desde el triunfo del manchego al frente del banquillo verdiblanco a salir en camilla del Villamarín en su última visita, donde pudo y no quiso volver como entrenador

23 sep 2016 / 12:12 h - Actualizado: 23 sep 2016 / 15:04 h.
"Real Betis","Juande Ramos"
  • Juande, el día que fue presentado como entrenador del Málaga CF. / EFE
    Juande, el día que fue presentado como entrenador del Málaga CF. / EFE

La trayectoria de Juande Ramos en los banquillos ha dejado episodios de todo tipo para el recuerdo en Heliópolis. Tras una exitosa temporada al frente del banquillo verdiblanco, Juande dicidió no continuar y emigrar al Espanyol.

Corría la temporada 2001/02, por aquel entonces, el Betis era un equipo recién ascendido. La llegada de Juande catapultó a los verdiblancos que cuajaron una magnífica temporada en la que se alcanzó la sexta plaza del campeonato. Sin motivo aparente en lo deportivo y tras las diferencias con la gestión del club, el manchego decidió abandonar el Villamarín tras una temporada exitosa para poner rumbo a Barcelona. Sólo duró cinco jornadas al frente del banquillo perico. Tras ser destituido, aceptó el reto del Málaga y en la 2006/07, aterrizó en Nervión, donde lograría cinco titulos en 15 meses.

Fue su etapa en el Sevilla la más exitosa en la trayectoria de Juande Ramos. Sin embargo, un hecho enturbió las visitas de manchego al coliseo verdiblanco. Así, en un partido en el Villamarín, el entrenador vivió el episodio más desagradable en su carrera. Recibió un botellazo que le dejó semiinconsciente y por el que tuvo que abandonar el estadio en camilla. El feo gesto empañó sobremanera la historia de los derbis, algo que hoy día sería impensable teniendo en cuenta la magnífica relación entre ambos clubes. Fue la última ocasión en la que Juande Ramos visitó el estadio bético.

De aquel Juande al de hoy, hay diferencias. No sólo ha pasado el tiempo, tras su etapa en el Sevilla, el técnico pasó por la Premier, donde coincidió con Gustavo Poyet, discípulo del actual técnico malaguista al que le agradece «muchísimo, fue una etapa muy difícil en mi carrera y aprendí mucho de Juande», dijo Poyet en la previa del partido. No es el único miembro del cuerpo técnico que coincidiera con él. Marcos Álvarez, preparador físico del plantel y mano derecha de Poyet, fue siempre el hombre de confianza de Juande, con el que viajó por Ucrania e Inglaterra, además de España, en sus diferentes etapas al frente de banquillos como el del Real Madrid o el Dnipro. Hoy todos se vuelven a ver las caras, aunque en este caso, como rivales directos. Esto último podría parecer impensable hace menos de un año, cuando el propio Juande desechó la opción de retornar a Heliópolis. El director deportivo por aquel entonces era Eduardo Macià, quien convenció al recién llegado a la presidencia, Ángel Haro, para contratar al actual entrenador del Málaga tras la destitución de Pepe Mel. La negociación propició uno de los mayores ridículos en verdiblanco, pues ni Juande quería venir al Betis, ni Macià lo había convencido para el proyecto. El viaje en balde del presidente heliopolitano a Valencia confirmó este extremo y de ahí en adelante, la confianza en el director deportivo fue disminuyendo hasta su destitución, siendo este uno de los episodios que ponderó en la decisión final. Previamente, con el Betis en Segunda y bajo el mandato de Manuel Ruiz de Lopera, Juande volvió a estar en la órbita verdiblanca, llegando incluso a reunirse para cotejar la posibilidad. Finalmente, y tras no llegar a un acuerdo, fue Víctor Fernández el elegido.

Juande y el Betis, la historia de nunca acabar que hoy vivirá su enésimo capítulo. Vuelve al Villamarín después de varios años y como visitante, a sabiendas de que podía haber sido otro el regreso. Quizá el esperado por una afición que siempre lo tuvo en mente, sobre todo en estos últimos años donde no entrenó a nadie. Quién sabe, igual todavía hay tiempo de volver a verlo en el coliseo verdiblanco y no como visitante. El tiempo lo dirá, en esto del fútbol cualquier cosa puede ocurrir.