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Rafa Navarro, Piccini y Pezzella, con Víctor. Los tres defensas han visto portería en lo que va de campaña / Manuel Gómez
La paradoja de la defensa del Betis
Piccini se une a Mandi en la enfermería. Son los zagueros más goleadores de una línea muy discutida que sin embargo ha producido 9 goles y 9 asistencias en ataque, la inmensa mayoría desde el cambio de entrenador... y de dibujo. Sólo los laterales han aportado 5 tantos y 8 pases de gol
El segundo entrenamiento de la semana en el Betis se saldó con una noticia negativa, que no grave. Piccini no trabajó por culpa de una sobrecarga en los flexores de la cadera y se quedó en el gimnasio junto a Mandi, que la semana pasada se fracturó el tercer y cuarto metacarpianos de la mano izquierda. Lo paradójico de esta pequeña sucesión de contratiempos en la retaguardia es que el inconveniente no se debe tanto a la pérdida de poder defensivo... como a la pérdida de poder ofensivo.
En lo que va de Liga, los zagueros del Betis han aportado 8 goles y 8 asistencias. Si se suma la eliminatoria de Copa contra el Deportivo, el rendimiento sube a 9 goles y 9 asistencias. Su eficacia a la hora de evitar goles de los rivales ha sido más que discutible durante buena parte de la campaña, pero sólo hay un conjunto con más rédito goleador de los futbolistas que en teoría menos obligados están en esa faceta: el líder, el Real Madrid, con 11 dianas (siete de Sergio Ramos y una de Pepe, Varane, Marcelo y Danilo). Los del Betis, por poner un ejemplo, marcan más que los del Barcelona (dos de Piqué y Aleix Vidal y uno de Mathieu, Umtiti y Alba).
La casualidad ha hecho que a día de hoy estén al margen del grupo los dos defensas más fértiles del Betis: Piccini lleva tres tantos (al Leganés en la 17ª jornada, al Deportivo en la 21ª y también a los gallegos en la Copa; y Mandi, dos (a Las Palmas en la 12ª jornada, al cabecear un córner de Joaquín, y a la Real Sociedad en la 26ª, de espectacular volea). No concluye ahí su ayuda en los menesteres atacantes: Piccini ha dado tres asistencias de gol (dos a Rubén Castro en Mestalla y otra a Álex Alegría en la siguiente jornada, contra el Granada); y Mandi, aunque de forma casi involuntaria (el pase era para Sanabria), dejó solo a Rafa Navarro en el 1-0 a Osasuna.
EL EXTRAORDINARIO CASO DE LOS LATERALES
Si Piccini no se recupera a tiempo, algo que en principio no contemplan los servicios médicos del Betis, su sustituto no tiene por qué generar ninguna duda. Rafa Navarro viene de estrenarse como goleador en Primera en un partido en el que, encima, asistió a Rubén Castro en el 2-0. En realidad, dentro de lo llamativo que resulta el listón ofensivo de los defensas béticos, lo que ocurre con los laterales se sale de lo normal. Entre Piccini, Rafa Navarro y Durmisi, la aportación es de cinco goles y ocho asistencias. Casi nada.
Excepto la asistencia del danés a Joaquín en el 0-2 provisional de Mestalla, toda esa contribución se ha producido con Víctor como entrenador. Es decir, cuando el sistema mudó al 5-3-2 o 3-5-2 y los laterales se convirtieron en centrocampistas. En realidad, todos los goles y más de la mitad de las asistencias de todos los defensas han llegado tras el relevo técnico.
El espíritu ofensivo de Durmisi le ha hecho marcar un gol, al Sevilla en el Villamarín, y lo tiene como máximo asistente, empatado con Joaquín. Cuatro pases de gol ha dado ya el escandinavo: el citado de Valencia; a Sanabria en el 1-0 copero contra el Dépor; a Petros en el 4-1 de Granada; y a Sanabria en el 0-1 en el Bernabéu. Lleva más que Rubén Castro (tres) o Dani Ceballos (dos).
El bagaje ofensivo de los jugadores más defensivos se cierra con el gol de Pezzella al Celta en el 3-3 de la 14ª jornada y el de Bruno a Las Palmas en la 12ª, ambos en el Gol Sur al cabecear sendos saques de esquina de Joaquín, sin duda el mejor amigo de todos los centrales.