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Rafael Iriondo habla con Julio Cardeñosa tras un partido en el Benito Villamarín. / José María Monge (El Correo de Andalucía) -
Esta es la entrevista. Salió publicada el 10 de julio de 2012.
La última entrevista al gran Rafael Iriondo
El Betis homenajeó a los campeones del 77 en el verano de 2012. El entrenador, que ya tenía 92 años, no asistió por motivos de salud pero sí atendió la llamada de El Correo de Andalucía. El titular fue «Gordillo tenía muchas ganas de jugar la final... y yo de ponerlo»
El Betis homenajeó en el verano de 2012 a los campeones de Copa del 77 con motivo del 35º aniversario de aquella histórica noche del 25 de junio. El acto se celebró con retraso porque la fecha inicial casi coincidió con el fallecimiento de Miki Roqué. En el hotel Los Seises estuvieron hombres como Esnaola, López, Cardeñosa, Biosca, García Soriano, Benítez, Bizcocho... El entonces presidente, José Núñez Naranjo, también. Pero hubo importantes ausencias, como las del capitán, Cobo, Megido (las últimas noticias lo situaban en La Habana) y, cómo no, Rafael Iriondo. Con 92 años a esas alturas ya no tenía fuerzas para tan largo desplazamiento, pero tuvo a bien atender la llamada de El Correo de Andalucía y conceder la última entrevista que se le recuerda en Sevilla. Fue el 9 de julio de 2012. Desde Bilbao, con la ayuda de su mujer, Charo Etxeberria, el míster rememoraba así aquella gran final.
–¿Cómo está usted?
–Vamos tirando, ando un poco estropeado y fastidiado.
–No va a poder venir al homenaje que le da el club, ¿no?
–Me habría hecho mucha ilusión y me habría gustado ir, pero qué le vamos a hacer, en estos momentos no estoy como para ir a ningún sitio. Ya nos llamaron desde el Betis para el Centenario y esta vez han vuelto a estar muy simpáticos, francamente tenemos muy buen recuerdo de Sevilla y el Betis. Siempre se han acordado de nosotros.
–¿Se acuerda usted de aquella noche del 25 de junio de 1977?
–Se acuerda uno, lo que pasa es que ha transcurrido mucho tiempo, pero una cosa así no se olvida. Me gusta recordar esas cosas, aunque son tantos los años que han pasado...
–Una de las imágenes más famosas es la suya durante la tanda de penaltis. ¿Estaba tan nervioso como se le ve en la transmisión televisiva?
–¿Nervioso? Por supuesto. Es lógico, se trataba de ganar una cosa muy importante y además hacía mucho tiempo que el Betis no ganaba un título.
–Le estará eternamente agradecido a Esnaola...
–Pues sí, era un muy buen portero. Sé que vive en Sevilla.
–Es entrenador de porteros en el Betis.
–¿Está en el Betis? No me extraña.
–¿De qué futbolistas se acuerda usted?
–De Cobo, que era el capitán. De Cardeñosa, que era un excelente centrocampista. De López, que marcó los dos goles... Me acuerdo de cosas, aunque cada vez de menos. Pero sigo al Betis, en la Liga y en la Copa, y estoy deseando que gane más títulos. Le tengo mucho cariño al Betis.
–Y también se acordará de Rafael Gordillo, ¿no?
–Era muy bueno, de los mejores futbolistas que he tenido. Lástima que no pudiese jugar aquella final. Me acuerdo de que estaba deseando jugar... y yo estaba deseando ponerlo (ríe).
–¿Ha perdido ya el contacto con el mundo del fútbol?
–No lo he perdido del todo, de vez en cuando sigo yendo a San Mamés o Lezama cuando me llaman del Athletic para algún partido de los veteranos.
–Con el Athletic ganó usted otra Copa, en 1969. ¿Cuál de las dos fue más especial?
–Todas son buenas, para qué vamos a engañarnos.
–¿Volveremos a verle alguna vez en Sevilla?
–La última vez fue hace unos añitos, pero no muchos, quizá en aquella ocasión del Centenario.
–Usted fue feliz aquí, ¿no?
–Mi mujer y yo estuvimos encantados de la vida en los dos años que estuvimos allí, nos trataron muy bien y tenemos un recuerdo inolvidable.
–Muchas gracias por atendernos, don Rafael.
–Gracias a vosotros. Cuando te llaman para cosas así, te das cuenta del tiempo que ha pasado de aquello.