Los milagros de la bufanda de Jaime

Aparece la bufanda que Aurora Lancha había perdido al salir del Villamarín en la final de la Copa del Rey y que era de su hijo, fallecido hace tres años, después de que las redes se movilizaran hasta llegar al chico que se la encontró aquella noche en el suelo

Álvaro Romero @aromerobernal1 /
27 abr 2022 / 17:16 h - Actualizado: 27 abr 2022 / 17:18 h.
"Real Betis","Final Copa del Rey 2022"
  • La bufanda recuperada.
    La bufanda recuperada.

La bufanda de Jaime ha aparecido. La encontró un sevillano del Aljarafe en la turbamulta de la noche del pasado sábado al salir del estadio Benito Villamarín, donde se había colocado una pantalla gigante para que 40.000 béticos siguieran la gesta de su equipo en la Cartuja, donde se enfrentó al Valencia y terminó ganando la Copa del Rey en la tanda de penaltis después de un partido de infarto. El primer milagro es que este chico –que ha preferido no hacer declaraciones a los medios- la cogiera, porque después de estos dos años marcados por la pandemia, muchísima gente duda a la hora de coger algo que se encuentre en el suelo. Pero el caso es que el chico se agachó y cogió aquella bufanda tan especial del Betis, de cuando el equipo de Heliópolis estaba todavía en Segunda División. De hecho, en la bufanda se lee aquel lema de entonces en referencia al regreso a Primera: “Volveremos”. Lo que no podía haber imaginado el chico es que detrás de aquella bufanda se solaparan varios milagros más.

El segundo milagro es que Aurora Lancha, la madre del propietario de la bufanda, hubiera acudido al Villamarín con la firme convicción de que iba con su hijo. Jaime, tan bético como su madre y murió hace tres años, de cáncer. Hoy tendría 17 años. “Mi hijo estaba en el cuarto anillo del campo”, ha explicado Aurora a este periódico, en referencia a ese cuarto anillo de gradas que coincide ya con el cielo y donde están “todos los béticos que se han marchado”, ha dicho Aurora en referencia a una explicación que había dado hace poco también el presidente de la entidad verdiblanca, Ángel Haro. “Todos esos béticos que están en el cielo, en el cuarto anillo, estarían animando a su equipo el sábado con más fuerzo incluso que nosotros”, dice convencida Aurora, emocionada por el milagro de que la bufanda haya aparecido por fin.

“La perdí torpemente”, contó ella misma en la red social Facebook el domingo, después de que la noche anterior se percatara, ya en la Avenida de la Palmera, de que había perdido la bufanda que desde hace tres años lleva siempre al campo para que, así, su hijo la acompañe. No comprende todavía cómo se le cayó, ni dónde exactamente ni en qué momento, “porque yo la llevaba fuertemente cogida en la mano”, pero el caso es que en un momento dado se dio cuenta de que no la llevaba y se volvió. “Rastreamos de vuelta por el camino que veníamos, pero fui consciente enseguida de lo difícil que era que apareciese”. El domingo hizo un llamamiento en la conocida red social “sin mucha esperanza”, porque tampoco esperaba que su mensaje se hiciera viral. Pero ocurrió otro milagro, el cuarto, y, en pocas horas, la llamada desesperada de Aurora se compartió decenas de miles de veces. Los comentarios, tanto en público como en privado, se multiplicaron, por miles, dando ánimos para que esta madre no perdiera la esperanza.

El quinto milagro

“La bufanda no ha aparecido”, escribió Aurora ayer lunes, y añadió: “¡Seguiremos intentándolo, que todavía puede aparecer!”, y dio las gracias a “todos los que me estáis ayudando”. “Si no logramos que aparezca, al menos me llevo el cariño y el esfuerzo que todos habéis hecho para intentar encontrarla”, insistió en Facebook. “Mi niño seguro que está súper orgulloso de todos vosotros desde allí donde esté, viendo cómo tantas personas se vuelcan en ayudar a su madre. Eternamente agradecida”. El mensaje surtió su efecto, o su milagro -el quinto- antes de que la bufanda apareciese efectivamente, porque Aurora había descubierto por primera vez en su vida que “a pesar de todo lo malo que sale en la tele, lo cierto es que la inmensa mayoría de la gente es buena, que somos mayoría los que tenemos un corazón grande y que hay muy poca gente mala en este mundo”, explica hoy a este periódico, emocionada todavía con “la lección que nos ha dado la sociedad con esta búsqueda de la bufanda de mi hijo”.

El sexto milagro ocurrió sin que Aurora fuese consciente aún, porque el sevillano que la encontró en el suelo la noche del sábado no vio el llamamiento en Facebook, pues carecía de esa red social, sino en Twitter, una red que no tiene Aurora. Y fue así porque alguien –los milagros se concatenan- puso el mensaje de Facebook en la otra red social. El muchacho se registró enseguida en Facebook, se descargó su sistema de mensajería y le escribió a Aurora, pero esta no vio aquel mensaje clave entre los miles de escritos que recibía constantemente. “Fue una amiga mía quien me avisó porque el chaval siguió publicando que tenía la bufanda y que no tenía manera de encontrar a la madre”, refiere ahora Aurora, satisfecha del milagro –el séptimo- de que la bufanda haya vuelto a sus manos. Ambos inmortalizaron la entrega en una foto que también se ha viralizado en las redes y que ilustra este reportaje.

La bufanda seguirá yendo a cada partido

“Mucha gente me pregunta ahora qué voy a hacer con la bufanda”, dice Aurora, que lo tiene claro: “Pues seguir llevándola a cada partido del Betis, eso es seguro”. Parece mentira que una bufanda del Betis haya propiciado tantos milagros. Pero es verdad.