Real Betis

Muere el exjugador del Betis ‘Quico’ Grau, el central de una década

Francisco ‘Quico’ Grau Pla, fallecido este lunes en Sevilla a los 84 años, defendió durante una década (1959-1969) el escudo de las trece barras

21 ene 2020 / 11:23 h - Actualizado: 21 ene 2020 / 11:27 h.
"Real Betis"
  • Francisco Grau, acompañado por sus hijas, la noche de su homenaje en el estadio Benito Villamarín el 2 septiembre de 1969. / RBB
    Francisco Grau, acompañado por sus hijas, la noche de su homenaje en el estadio Benito Villamarín el 2 septiembre de 1969. / RBB

Francisco 'Quico' Grau Pla, fallecido este lunes en Sevilla a los 84 años, nació en La Garriga (Barcelona) y, pese a que nunca perdió su acento y a que vivió en el territorio 'hostil' del Nervión sevillista, era bético irredento después de defender durante una década (1959-1969) el escudo de las trece barras.

'Quico' Grau encarna como pocos la figura de jugador de club después de que aterrizara en Heliópolis, la acera bética de la ciudad, en el verano de 1959 después de sus comienzos en el equipo de su pueblo y en el Granollers.

Tras fichar por el equipo amateur del Atlético de Madrid y por el Espanyol, se asienta como el jugador que luego fue en el Sabadell, desde donde lo ficha Benito Villamarín para jugar en el Betis.

Debutó con la verdiblanca en agosto de 1959 ante el Córdoba en El Arcángel y, en partido oficial, el 13 de septiembre de ese año frente al Real Madrid en el Santiago Bernabéu, con el uruguayo Enrique Fernández en el banquillo bético.

Hasta que se retiró con 34 años, Grau compartió vestuarios con grandes nombres del beticismo como Luis del Sol, Eusebio Ríos, Esteban Areta, León Lasa, Pepín, Rogelio Sosa, Fernando Ansola, Luis Aragonés o Joaquín Sierra Vallejo 'Quino'.

Quino, quien se había declarado en rebeldía frente a la directiva del Betis, sí accedió a jugar en el partido homenaje con el que el central se despidió del beticismo el 2 de septiembre de 1969 frente a la Portuguesa Sport de Río de Janeiro, uno de los clásicos del fútbol de esa época que le dio tanto a un fútbol que ya es otro.

Como cuando los hermanos Milito, el central Gabriel y el delantero centro Diego, les pidieron a un árbitro que les dejaran jugar a la antigua, ése fue el fútbol de marcador simultáneo dardo, pictolines, transistores y calvas en la áreas chicas en el que en el jugó Grau en sus diez años en un Villamarín que tampoco existe como era.

No eran años de VAR y sí de un fútbol de esencias, tanto que a Grau, como su compañero en el eje de la defensa bética Eusebio Ríos, se les recuerda tanto por su racialidad como por sus recursos, como embarcar un balón en años en los que no había recogepelotas y había que perder tiempo cuando uno se jugaba algo como un ascenso o descenso.

O como cuando, ya retirado, entró a saludar a su amigo Luis Aragonés en un restaurante madrileño en el que ponían gloria bendita y cuando éste le preguntó a la leyenda colchonera Enrique Collar si conocía a Paco Grau, el extremo atlético le enseñó un dedo dañado que le había dejado un lance con el central bético.

Defensa rápido y contundente, en sus diez temporadas luciendo la camiseta verdiblanca Quico Grau jugó 202 partidos oficiales: 172 de Liga; 28 de Copa; 1 de la Copa de Ciudades en Ferias y 1 de la promoción de ascenso de 1967.