Noche de éxtasis y récords en el Villamarín (1-0)

LA CRÓNICA. Un gol de Junior en el minuto 93 da al Betis su sexta victoria consecutiva. Los verdiblancos se hartaron de fallar ocasiones ante un rival al que acorralaron en una buena segunda mitad, pero la espera valió la pena. El equipo de Setién, que también acumula cinco jornadas seguidas sin encajar un gol, afianza su quinto puesto

19 abr 2018 / 21:10 h - Actualizado: 20 abr 2018 / 17:10 h.
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  • Junior celebra un gol que vale tres puntos muy importantes de cara a Europa / Manuel Gómez
    Junior celebra un gol que vale tres puntos muy importantes de cara a Europa / Manuel Gómez

El Betis es ahora mismo un gran éxtasis colectivo, la felicidad en persona y un estado de bonanza como pocas veces antes había visto su afición. Y también es un equipo de récord. El conjunto de Quique Setién se regaló un jueves de Feria perfecto con su sexta victoria consecutiva, que también es su quinto encuentro seguido sin encajar un gol, gracias a una asistencia de Barragán y un cabezazo impecable, de arriba a abajo, de Junior. Los verdiblancos merecieron ganar, claro que sí, porque su rival no les chutó a portería en todo el choque y ellos, en cambio, generaron un buen surtido de ocasiones muy claras. Les falló la puntería y acertó Lizoain, pero todo eso pasó a la historia en el minuto 93. Otro gol en la recta final, otro triunfo y otros tres puntos para consolidar su quinta plaza y dejar la séptima a siete con sólo quince en juego.

Está el Betis en uno de esos momentos, como se constató en Getafe o en Gerona, como le ocurrió en las rectas finales de la 2004-05 o la 2012-13, en los que todo lo que hace le sale bien. No es ni mucho menos una resta de méritos al conjunto verdiblanco, más bien al contrario. Porque el equipo de Setién hace muchas cosas, a veces muy distintas, y busca el gol y la victoria de múltiples formas, pero nunca pierde su esencia ni se deja arrastrar por las prisas. Ante la UD Las Palmas se lo tomó con cierta calma en la primera parte, incomodado por un rival valiente que planteó un partido extraño, tipo correcalles durante muchos minutos, sin apenas pelea en el centro del campo. Y en la segunda se soltó, fue a por Lizoain y vivió de modo perenne en el campo amarillo hasta que en el tercer minuto de la propina, en vez de mandar balonazos al tuntún al área, montó una buena internada de Barragán y un centro medido que Junior, quién se lo habría dicho (a él, a Setién, a los béticos...), cabeceó a gol.

Antes de ese final frenético y extático, antes de la felicidad pura y dura, el Betis tuvo que lidiar con un partido mucho más complicado de lo que señalaban los treinta y tantos puntos que lo distanciaban de su oponente. Setién ubicó a Boudebouz como segundo delantero y dibujó una alineación muy ofensiva, pero durante más de veinte minutos no ocurrió nada relevante. En el 18’, cierto, se produjo un pequeño despiste entre los centrales verdiblancos tras un envío desde la derecha, pero Calleri atacó mal el esférico y su cabezazo no provocó peligro alguno. Y esa fue la ocasión más clara de Las Palmas en toda la noche.

Después de superar un tramo en el que el balón perteneció a Las Palmas y eso lo incomodó e incluso replegó, el Betis por fin halló el famoso punto de lucidez ofensiva simplemente porque tiene futbolistas muy buenos. De uno, Boudebouz, nació una internada que Junior estropeó con un derechazo desviadísimo. De otro, Bartra, nació un mano a mano entre Sergio León y Lizoain que ganó el portero con un paradón. El central, sobrado en su faena natural, tuvo licencia para subir en más de una ocasión, y a fe que resultó productivo allende el círculo central.

Si la primera mitad estuvo más o menos equilibrada, en la segunda sólo hubo un color. El control de la situación por parte del Betis fue total ante un oponente encerrado en su campo y, esta vez sí, sin salida en dirección a Dani Giménez. El problema para los verdiblancos, muy bien guiados por Guardado, fue su falta de puntería, una rémora que además reapareció pronto, en una buena transición entre Fabián y el mexicano que derivó en una triple ocasión de Sergio León, pero nada, no pudo ni con Lizoain ni con la defensa. Después culminó un contragolpe fulminante con un remate demasiado cruzado. Y un poco más tarde no fue visto por Joaquín tras un gran pase interior, otro, de Bartra.

Llegaron entonces los cambios: Tello por Sergio León y Sanabria por Joaquín. Durante unos minutos, en la pareja de delanteros no hubo ningún delantero. Después, esa pareja se transformó en trío. Y a pesar de ese esquema, a pesar de que los laterales eran casi extremos, el Betis no se dejó arrastrar por las urgencias. Posesión, posesión y más posesión. Es por eso que el goteo de opciones de gol fue menor, pero no desapareció. Y a diez minutos del final entró Campbell, cuya conexión con Barragán acabó resultando crucial. Antes, Sanabria no supo beneficiarse de una fenomenal pared de Amat y Las Palmas se quedó con uno menos por la justa expulsión de Michel. Y en el penúltimo suspiro, después de una internada inmediatamente anterior que no llegó a donde quería, Barragán insistió, erre que erre, habilitado por Campbell: gran centro y gran cabezazo de Junior. Jugada de toque, asistencia de un lateral y gol del otro lateral. El Betis de Setién en estado puro... en el minuto 93. Chapeau.

REAL BETIS: Dani Giménez; Barragán, Mandi, Bartra, Amat, Junior; Fabián, Guardado, Joaquín (Sanabria, m. 70); Boudebouz (Campbell, m. 80) y Sergio León (Tello, m. 65).

UD LAS PALMAS: Raúl Lizoain; Michel, David García, Gálvez, Ximo Navarro, Dani Castellano; Halilovic (Vicente Gómez, m. 67), Aquilani (Javi Castellano, m. 54), Etebo, Nacho Gil (Ezekiel, m. 84); y Calleri.

Gol: 1-0, m. 93: Junior.

Árbitro: Sánchez Martínez (Comité Murciano). Expulsó al visitante Michel por doble amarilla (68’ y 85’). Amonestó a Calleri (32’), Nacho Gil (34’), Sergio León (64’), Mandi (77’), Ximo Navarro (87’) y Junior (94’).

Incidencias: 33ª jornada de Liga. Estadio Benito Villamarín, 45.151 espectadores.