Ollero dimite como presidente del Betis

El ya exdirigente presenta su dimisión y revela que desde el 21 de diciembre seguía en el club «porque nadie quería ser presidente». También critica a las plataformas y sus representantes en el consejo, porque «ven el fútbol como en la época de sus padres», y defiende a Ángel Haro como presidenciable

03 feb 2016 / 14:35 h - Actualizado: 03 feb 2016 / 17:03 h.
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  • Juan Carlos Ollero, en un momento de la rueda de prensa. / Manuel Gómez
    Juan Carlos Ollero, en un momento de la rueda de prensa. / Manuel Gómez

Juan Carlos Ollero ha presentado este miércoles su dimisión «irrevocable» como presidente del Betis. La razón principal, según ha explicado, es que no ha alcanzado su objetivo prioritario cuando accedió al cargo: conseguir el apoyo unánime del consejo para la negociación extrajudicial con Manuel Ruiz de Lopera y «otros accionistas» en aras a construir un nuevo Betis de verdad.

El ya expresidente ya anticipado su decisión con esta introducción, sin preguntas de los periodistas por medio: «Siento intervenir en estas circunstancias institucionales, pero me siento obligado. Los béticos se merecen saber qué está pasando. Llegué al Betis a solicitud del administrador concursal de las acciones de Lopera. No busqué ser presidente del Betis. Asumí con orgullo esa oportunidad que se me ofrecía. Luego he continuado siéndolo porque así me lo solicitó la candidatura de Ahora, Betis, ahora, igualmente con satisfacción y orgullo. Durante todo este tiempo he tenido claro que era un presidente interino, más que Merino, porque venía a preparar el terreno para la llegada de otros. Ni tengo acciones ni edad ni es algo que hubiera esperado nunca. Nadie me podrá acusar de haber venido para quedarme», ha empezado diciendo

«Mis propósitos han sido tres. Primero, que el Betis se gobernara dignamente desde su consejo, sin estar sometido a las solicitudes y presiones de nadie de fuera. Segundo, ascender al Betis a Primera. Y tercero, en lo posible, traer la paz social al Betis y terminar con todos los conflictos entre accionistas, condición que considero imprescindible para el mejor futuro del Betis. Es evidente que esto último me ha causado problemas. De todos son conocidas las posiciones de algunas plataformas que tienen sus propias estrategias, que yo no entro a juzgar, pero es evidente que llegar a un acuerdo definitivo entre los accionistas no era una de sus intenciones», ha añadido.

A partir de ahí, Ollero ha hecho un recorrido cronológico desde finales de diciembre, cuando presentó su dimisión por primera vez. «Desde el 21 de diciembre de 2015, después del partido contra el Sevilla, con la situación deportiva tranquila, yo soy presidente del Betis porque nadie más en el consejo quiere serlo. Puse mi cargo a disposición del consejo. Si lo sigo siendo es porque nadie, que yo sepa, ha querido ser presidente del Betis. Desde ese momento he procurado gobernar el Betis y que el Betis se sienta gobernado dentro de mis posibilidades. No ha habido ningún vacío de poder, he asumido todas mis responsabilidades. En todo este tiempo no me he negado a colaborar con el resto de consejeros para encontrar una solución. Hemos pasado por varias, algunas aceptadas por mí y otras no aceptadas por otros consejeros. La última, la constitución de una comisión ejecutiva en la que estuvieran las personas que yo entendía tenían unos objetivos generales parecidos a los míos. Uno de los miembros que aceptó formar parte, con reticencias, al día siguiente decidió dimitir [Ángel Haro]. En estas circunstancias no encuentro ninguna solución más que mi dimisión irrevocable como presidente del Betis», ha acabado anunciando.

De todo lo que ha dicho después, dos cosas han llamado la atención. La primera, su apoyo al propio Haro como presidenciable: «Sí lo considero preparado. De hecho, le he solicitado muchas veces que asuma el cargo de presidente. Hasta ahora siempre me ha dicho que no», ha revelado. La segunda, su crítica a los consejeros que representan a la plataforma que desde el principio le negó la «legitimidad» para negociar con Lopera. «Un consejero no reconocía legitimidad al consejo para negociar con Lopera, por eso solicitaba que el presidente se abstuviera de seguir negociando con Lopera y argumentaba que la plataforma se consideraba legitimada para mantener esa negociación. Me opuse a esa solicitud y el consejo me apoyó en esa postura. Luego han podido aparecer diferencias sobre la forma de gestión del Betis. Ellos creen que el fútbol es el de sus padres, que los consejeros tienen que pasearse por los vestuarios y hacer recomendaciones a la dirección deportiva, que hay que pisar el césped cada vez que se va a un estadio... Es una forma de ver el Betis con la que no estoy de acuerdo», ha denunciado.

Vacío de poder

«Estoy seguro de la responsabilidad de los compañeros y de que cubrirán ese vacío inmediatamente. No puede ser de otra manera. Un consejo está obligado a tener presidente. Me aparto a un lado y que el resto del consejo asuma su responsabilidad».

Paso atrás en el nuevo Betis

«Creía que aquello era una revolución en el Betis, una revolución definitiva, y estaba convencido. Ahora creo que las bases están sentadas para esa revolución. Va a depender de cómo me sustituyen y cómo actúe el consejo».

Más dimisiones

«No puedo pedir a nadie que me acompañe. Los aquí presentes están sorprendidos porque no sabían que iba a presentar mi dimisión».

Negociación con Lopera

«No puedo hablar por boca de un consejo en el que no voy a estar. Yo recomendaría al consejo que mantuviera en lo posible esas negociaciones. No significa que esté promoviendo un acuerdo a toda costa, pero sugeriría al consejo que siguieran buscando un acuerdo con Lopera que terminara con esta situación».

¿Se arrepiente de haber abierto el Betis a esas plataformas?

«Ya sabía la posición de los representantes de las plataformas, pero entendía, como el resto del consejo, que debían estar en el consejo, confiando en que el conocimiento de la importancia que tenían las negociaciones con Lopera acabara convenciéndolos. Es evidente que no».

Ángel Haro

«No veo contradicción. Vengo solicitando a algún consejero y también a Ángel Haro que fuese presidente desde el 21 de diciembre. No tengo nada contra Ángel Haro sobre su enfoque en el Betis. Pienso que puede ser un excelente presidente del Betis. Como creíamos que habíamos encontrado una solución para gobernar el Betis con esa comisión ejecutiva, aunque con reticencias, que dimita de esa comisión la invalida como elemento de gobierno del Betis y es lo que me lleva a pensar que no encuentro más solución que apartarme del camino».

Dimisión como consejero

«Dimito como presidente y dimitiré como consejero».

Rubén Castro

«Eso sí que es competencia del próximo presidente».