El mes de agosto ha azotado al Betis en cuanto a críticas por su situación económica. Si bien no se auguraba la catástrofe deportiva, la mala pretemporada en líneas generales y la debilitada economía del club parecían preludiar un arranque liguero sin garantías de victoria. Todo lo contrario; este club continúa con aquel buen ambiente interno que, bajo el mando de Pellegrini, logró que la pasada campaña fuera histórica.
El Betis juega un fútbol de calidad tanto en posesiones largas como en salidas a la contra. Esos primeros toques de Juanmi, las dejadas y los recortes de Fekir y la superioridad en los duelos de Borja Iglesias mantienen la línea de los mejores momentos del Betis del año pasado. Parece que todo le sale a un club que durante las dos primeras jornadas del presente curso ha jugado de maravilla, y que no deja escapar apenas ocasiones, ya que ha demostrado una certera precisión en los penaltis, así como una picardía -de la mano de Fekir en aquella asistencia ante el Elche- que no siempre se ha visto en esta entidad.
En lo que respecta a la parcela defensiva, el Betis se ha dado un lavado de cara. Pezzella no es el central impreciso y, en ocasiones, alocado, de otras temporadas. El argentino ha madurado y ha asumido el rol de un jugador experimentado que apenas puede permitirse cometer errores atrás. Quizá también de mentor de un Edgar que, si bien va cumpliendo años, sigue en proceso de mejora como futbolista -finalizando por completo su reconversión a central-. Los laterales también aportan a esta valoración: Álex Moreno sigue siendo el ‘cañón’ de la temporada pasada -con índices de mejora a la hora de defender a los extremos- y Ruibal no está dejando malas sensaciones en su nueva posición.
Posiblemente este análisis no sea válido con el pasar de las jornadas, pero actualmente el Betis está dejando ver este buen juego. El alma del vestuario sigue intacta, aunque este haya sido damnificado con las importantes salidas de Bartra y Bellerín, y esto es clave para mantener a la entidad por encima de sus posibilidades -hecho que ya no se puede lograr mediante la economía-.