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Muniain cabecea al brazo de Molinero en la acción previa al 2-0. / Efe
Petardazo gordo del Betis en San Mamés. El primero en diez partidos con Merino, que no quedó satisfecho con el arranque de los suyos en la última victoria ante el Granada y realizó cuatro cambios en el equipo titular, dando entrada a Molinero, Petros, Joaquín y Molina en lugar del sancionado Vargas, Dani Ceballos, Fabián y Cejudo, todos titulares ante el Granada, aunque ninguno acabó el partido. Erró de pleno. Hay una máxima en fútbol que dice que lo que funciona no hay que tocarlo. Y especialmente la titularidad de Dani Ceballos le estaba dando presencia al equipo. No se entiende su ausencia ayer, sobre todo porque varios de los sustitutos no están para tirar cohetes, más bien al contrario. El partido de los cuatro en Bilbao fue horrendo, y el de muchos otros, que se contagiaron.
Desde el pitido inicial se vio al Athletic mucho más metido en el choque, ganando todos los balones divididos, sometiendo a los verdiblancos a una atosigante presión y no dejándoles dar dos pases seguidos. Ni N’Diaye era capaz de ganar en las disputas, Musonda tenía a tres rivales encima cada vez que recibía el balón y nadie era capaz de jugarlo con un mínimo de sentido, pues los pelotazos sobre Molina eran pérdida segura y Joaquín estaba más preocupado de defender a Lekue que de mirar para arriba.
El dominio de los bilbaínos, pese a los siete cambios introducidos por Valverde en el once inicial, dejando fuera a titulares fijos como Aduriz, Beñat, De Marcos, Iturraspe o Etxeita, era abrumador, aunque ocasiones claras de gol no hubo sobre la meta de Adán en la primera media hora –sí varias intentonas–, en la que la más clara cayó a pies de Rubén Castro (24’), que envió alto un centro de Petros casi a bocajarro, desde la frontal del área chica.
Fue un espejismo porque el Athletic era mejor y pronto iba a cobrar ventaja. San José, sin nadie que le inquietara, puso un buen centro al área y allí Sabin Merino ganó la partida a Pezzella y fusiló a placer. Era el minuto 33. En el Betis, pese a los gritos de Merino en la banda, no hubo reacción. El balón quemaba en los pies, Joaquín apenas podía subirlo arriba y a Musonda no lo dejaban ni a sol ni sombra. Valverde tenía muy claro dónde está el peligro del Betis actual y al belga le dedicó un marcaje especial, con varios hombres pendientes de él. El 1-0 podía ser lo mejor antes del descanso, pero al filo del mismo, un balón mal despejado en el área (pudo haber penalti previo por manos de Molinero) lo envió Mikel Rico a la red con un ajustado remate que Adán apenas pudo ver.
Mucho tenían que cambiar las cosas tras el intermedio para que el Betis pudiera dar la vuelta al 2-0. Merino no hizo cambios de inicio, pero a los tres minutos ya preparaba uno doble cuando Sabin Merino hizo el 3-0. Partido visto para sentencia antes de cumplirse el minuto 50. La entrada de Ceballos y Fabián ya no arregló gran cosa. El Athletic jugó a placer y el Betis dominó de mentira. Pese la necesidad imperiosa de goles, Damiao quedó inédito en el banquillo, pues tras el doble cambio de Ceballos y Fabián al final quien entró fue Cejudo. En los estertores del choque Rubén logró el gol del honor a la salida de un córner, tras un enviar un remate al poste, pero no evitó el dolor de una dura derrota y la pobrísima impresión que dio todo el equipo, que no tuvo nada que ver con la ofrecida en anteriores partidos. Lo que funciona no se toca...
Athletic Club: Iraizoz; Bóbeda, Gurpegi, Laporte (Etxeita 80’), Lekue; San José, Mikel Rico; Susaeta, Raúl García (Aduriz, 63’), Muniain (Elustondo, 67’); y Sabin Merino.
Real Betis: Adán; Molinero (Cejudo, 80’), Pezzella, Bruno, Martín Montoya; Joaquín, Petros (Ceballos, 50’), N’Diaye, Musonda, Jorge Molina (Fabián, 50’) y Rubén Castro.
Goles: 1-0, m. 33: Sabin Merino marca a placer tras un gran pase de San José. 2-0, m. 44: Mikel Rico remata junto al palo tras un rechace. 3-0, m. 49: Sabin Merino, tras una rechace de Adán. 3-1, m. 83. Rubén Castro cabecea un córner que peina Aduriz
Árbitro: Jorge Latre (Aragonés). Amarilla a Raúl García (20’) y Rubén Castro (51’).
Escenario: 42.437 espectadores en el estadio de San Mamés.