Sporting-Betis: todo tiene un final, por suerte

Todo en la vida tiene un final. En el caso particular del Betis 2016-17, por suerte. Por suerte porque la campaña ha sido un auténtico fiasco, otro más, y lo único positivo que puede decirse de este curso, al margen de algunas actuaciones individuales, es que el conjunto verdiblanco no ha bajado a Segunda División y a partir de agosto disfrutará de su enésima oportunidad para enmendar su trayectoria reciente en la máxima categoría. Algo es algo, por buscar el lado positivo. Pero eso será otra historia, o así debería ser, por el bien de la entidad de Heliópolis. El presente pasa por Gijón, por El Molinón, donde el Betis cierra el ejercicio con un partido intrascendente y triste. Alexis Trujillo dice adiós a su efímera etapa en el banquillo sin otra meta en mente que mejorar un puesto y terminar decimocuarto, para lo cual tendrá como mínimo que ganar al Sporting, descendido desde el pasado fin de semana. ¿Es o no es intrascendente y triste?

El Betis voló ayer por la tarde a Asturias, patria querida, con Lorenzo Serra Ferrer como principal novedad de la expedición. El vicepresidente deportivo debuta en estas lides institucionales tras una ajetreada semana en la que, entre otras tareas, se reunió con Quique Setién y puso las primeras piedras de su proyecto para recuperar ese Betis que se fue con él en 2006 y que en este último decenio apenas reapareció una vez, de la mano de Pepe Mel y una hornada de jóvenes talentos (Adrián, Beñat, Cañas, Pozuelo...) alrededor de Rubén Castro, Jorge Molina y Pabón. A esa última clasificación europea le sucedieron una nefasta reconstrucción de la plantilla, el descenso a Segunda, un ascenso y dos años en tierra de nadie en Primera. El balear ha regresado para corregir eso y no sólo desde los despachos, como demuestra su viaje a Gijón.

Han transcurrido ya dos párrafos de previa y apenas unas líneas han sido dedicadas al partido en sí. No hay mucho que contar, la verdad. Con la permanencia ganada hace casi un mes y la dignidad perdida en las dos goleadas que precipitaron la destitución de Víctor Sánchez del Amo, la única fuente de motivación para el Betis es esa decimocuarta plaza, un reto minúsculo que alcanzará si vence esta tarde y Las Palmas no lo hace en Riazor. Alexis se estrenó como entrenador con una actuación de lo más decente frente a un Atlético de Madrid al que sólo le faltaron la toalla y el protector solar, porque las chanclas ya las llevaba puestas, y su intención es mantener el nivel y despedir la campaña con una victoria, por aquello de la honrilla y el regusto de irse de vacaciones con una alegría, por pequeña que sea.

Como es la última jornada de Liga, también puede ser el último día de varios futbolistas con la camiseta del Betis. Es de esperar que Dani Ceballos no sea uno de ellos, pero el riesgo existe. Lo mismo puede decirse de Rubén Castro. En función de las ofertas que haya, hasta Durmisi podría ser incluido. Adán se libra no porque su continuidad esté garantizada, sino porque está sancionado y su adiós, por tanto, habría sido ante el Atlético. Su baja facilitará el debut liguero de Dani Giménez justo cuando la temporada emite su último episodio.

El Sporting es uno de los responsables de facilitar la permanencia más barata desde que la victoria vale tres puntos. De nada le valió cambiar a Abelardo por Rubi. Ahora viene de dos victorias consecutivas, pero antes sólo logró una en trece jornadas, de ahí su descalabro. Para este último choque, además, acumula bajas y más bajas: Lora, Traoré, Ndi, Lillo, Borja Viguera...