Todo sea por cuidar al portero

El Betis llevaba más de una década sin enlazar cuatro jornadas consecutivas con la meta imbatida en Primera. El siguiente reto es igualar el récord absoluto: las cinco jornadas de la 94-95, cuando Jaro ganó el Trofeo Zamora

16 abr 2018 / 07:00 h - Actualizado: 15 abr 2018 / 23:40 h.
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  • Sanabria, Fabián o Guardado protegen a Dani Giménez y simbolizan ese muro de contención que el Betis ha creado alrededor de su meta / Manuel Gómez
    Sanabria, Fabián o Guardado protegen a Dani Giménez y simbolizan ese muro de contención que el Betis ha creado alrededor de su meta / Manuel Gómez

El cerrojo que el Betis de Quique Setién ha puesto a su portería es de un material tan bueno e impenetrable que ninguno de sus cuatro últimos adversarios ha podido romperlo. Es el último gran síntoma del crecimiento defensivo del conjunto verdiblanco, que sigue siendo igual de llamativo que su anterior endeblez en esa misma faceta del juego. Una cosa es que el fútbol sea un deporte de contrastes, incluso en un solo partido, y otra que el equipo heliopolitano haya pasado de ser una auténtica hermanita de la caridad para los delanteros rivales a erigirse en muro casi inexpugnable. Pero así es la vida y así es el Betis, por suerte para sus intereses y por supuesto para su afición. Son ya 383 minutos sin encajar un gol. Y cuatro jornadas consecutivas, dos con cada portero, una serie digna de ser enmarcada porque rara vez ha sido alcanzada en las 52 campañas que el club ha militado en Primera.

Tiene mucho mérito lo que han conseguido Adán y Dani Giménez, bien escoltados por Bartra, Mandi y Amat (y Javi García en Montilivi), a su vez bien flanqueados por Francis, Barragán y Junior, sin olvidar la ayuda de todos los centrocampistas e incluso de los hombres de ataque, todo bajo la coordinación de Setién y su cuerpo técnico. Es tan extraño hablar de una racha así del Betis en Primera que no ocurría desde hace más de una década. Ese último precedente, que data de la campaña 2006-07, se desarrolló entre las jornadas 22ª y 25ª y fue de lo poco positivo que logró Luis Fernández mientras se sentó en el banquillo. Aquel Betis, que luego se salvó por los pelos en Santander, enlazó cuatro partidos sin recibir un gol... y casi sin marcarlo. La serie empezó con un empate en el derbi en Heliópolis (0-0), continuó con el mismo resultado en el Bernabéu (0-0), prosiguió de idéntica manera contra el Recreativo (0-0) y acabó con un 0-1 en Riazor. El último gol en contra había sido obra de Urzaiz en el 90’ de un Athletic-Betis (1-2) y el siguiente llevó la firma de Milito en el 22’ de un Betis-Zaragoza (1-1). En total, 382 minutos de imbatibilidad para Toni Doblas.

Hay más. Si se trata de realzar la dificultad de ese logro, basta con recordar que el récord absoluto de la entidad de las trece barras en la máxima categoría es de cinco encuentros seguidos sin encajar un gol. Esa plusmarca pertenece al primer Betis de Lorenzo Serra Ferrer, el de la 94-95, que la alcanzó entre las jornadas 16ª y 20ª: empató en casa con el Dépor (0-0), venció al Celta (0-2) y luego al Sevilla (0-1), empató con el Real Madrid en el Villamarín (0-0) y derrotó al Logroñés (1-0). En aquel caso mediaron 468 minutos entre un gol de Abelardo en el 88’ de un Barça-Betis (1-1) y otro de Zalazar en el 16’ de un Albacete-Betis (3-1). El entonces cancerbero titular, Pedro Jaro, acabó el curso adjudicándose el Trofeo Zamora.

Un dato más. Desde el 3-5 contra el Real Madrid, que es la última gran goleada en contra, el Betis tiene el mejor registro defensivo de todo el campeonato: tres tantos encajados en ocho jornadas. En seis de esos encuentros, de hecho, terminó con la portería inmaculada.