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Setién durante su etapa como entrenador del Betis. / El Correo
Rubi prosiguió este viernes la preparación de su partido del próximo domingo ante el Barcelona, una cita en la que en el Benito Villamarín se verán las caras viejos conocidos de ambos equipos y en la que volverá al estadio bético su entrenador en los dos últimos años, Quique Setién.
La vuelta de Setién será, en principio, uno de los alicientes de este choque al que el Barcelona llega tras su eliminación en cuartos de la Copa del Rey ante el Athletic de Bilbao y para el que Rubi podrá contar, con toda probabilidad, con William Carvalho, en el dique seco desde el pasado octubre por una operación de una hernia disco-lumbar.
Carvalho, a quien sólo falta el ritmo de competición y que no entró por ello en la lista bética para Éibar, ya ha entrenado al mismo ritmo que sus compañeros en la penúltima sesión que el entrenador bético ha dirigido este viernes a puerta cerrada en la ciudad deportiva verdiblanca.
Con las ausencias por lesión de Guardado, Pedraza y Juanmi, además de la del sancionado Feddal, Rubi ha preparado desde el miércoles la cita ante los de Setién en sesiones de marcado carácter táctico y en las que también ha incidido en la puntería de sus jugadores.
El gol ha lastrado al Betis en los último partidos y le ha restado posibilidad de ascender puestos en la clasificación y acercarse al objetivo europeo, ya que actualmente se encuentra clasificado en duodécima posición con 28 puntos, a ocho de los de Liga Europa que marca el Atlético de Madrid.
Además de Setién, el partido del próximo domingo tendrá especial significado para otros nombres en ambos equipos, el primero de ellos Aleñá, quien ha llegado en el mercado de invierno al Betis cedido por el Barcelona hasta el final de temporada.
El talentoso centrocampista de Mataró no tiene clausula del miedo y podrá alinearse frente a su equipo, para lo que la lesión muscular de Guardado le puede abrir las puertas de la titularidad junto a Guido Rodríguez, segundo refuerzo bético en el mercado de invierno procedente del América de México.
Otro de los jugadores béticos para el que el partido del domingo tiene una marcada significación es Emerson, uno de los fijos en los esquemas de Rubi, que es copropiedad del Barcelona y que jugará en el Benito Villamarín hasta junio de 2021.
También será especial el partido para Bartra, otro de los jugadores franquicia para el técnico verdiblanco y que llegó al Betis tras dos años en el Borussia de Dortmund y siete en la primera plantilla barcelonista (2009-2016); y para Tello, quien jugó en el Barcelona de 2011 a 2014.
Con pasado culé, aunque más remoto, está también Álex Moreno, quien ha llegado esta temporada al Betis procedente del Rayo Vallecano y quien se formó en los juveniles del Barcelona.
En el lado barcelonista, el partido tendrá un significado especial para Júnior, quien fue fichado esta temporada por el Barcelona al Betis, en cuyos escalafones inferiores se formó desde edad cadete y con cuyo primer equipo debutó en el invierno de 2018 y disputó 43 partidos oficiales, en los que marcó cinco goles.
Junior, quien fue fichado por el Barcelona por dieciocho millones de euros más doce en variables, ha tenido las lógicas irregularidades de un jugador de su juventud, 23 años, que llega a un grande a un elevado coste, aunque ha jugado doce partidos, ocho en Liga, dos en Liga de Campeones y otros tantos en Copa del Rey.