Un partido digno del Betis de Ivanov

LA CONTRACRÓNICA. Tuvo que ser un central, como lo fue el búlgaro, quien evitase que el homenaje a uno de los ídolos del peor Betis de la historia acabase en drama. El equipo verdiblanco debería hacerse mirar lo que le ocurre en su campo.

20 feb 2016 / 23:28 h - Actualizado: 21 feb 2016 / 22:48 h.
"N'Diaye","Bruno"
  • Alfred N’Diaye, al que elogió públicamente Juan Merino, se batió el cobre durante los 90 minutos con el visitante Halilovic. / Inma Flores
    Alfred N’Diaye, al que elogió públicamente Juan Merino, se batió el cobre durante los 90 minutos con el visitante Halilovic. / Inma Flores

Está visto y comprobado que ganar en el Villamarín se ha convertido en poco menos que una odisea para el Betis en la temporada de sus bodas de oro en Primera. Dos victorias, dos, ha conseguido en lo que va de Liga en su campo, que no han sido ni uno ni dos ni tres partidos, sino doce. ¿Fortín? Será para quienes lo visitan... Desde el cielo, o quizá desde el infierno, quién sabe, Trifon Ivanov asistió a esa enésima decepción casera de su exequipo, que lo homenajeó con uno de esos encuentros que él vivió tan a menudo mientras vistió de verdiblanco. Es decir, uno malo. Y lo que son las cosas, si el Betis no perdió fue porque un central, como él era, vio portería, como él acostumbraba a hacer.

Ivanov no ha sido ni de lejos el mejor central que ha tenido el Betis. Le tocó, además, una de esas épocas de oscuridad que se repiten de forma cíclica e inevitable en Heliópolis y su primera etapa en la casa, de hecho, coincidió con uno de los peores años o el peor de toda la historia verdiblanca en Primera. Y, sin embargo, su inconfundible e indescriptible personalidad, su carisma y su locura, porque no cabe otra palabra para tanta heterodoxia, lo transformaron en un ídolo del beticismo, tan necesitado de referentes en aquel entonces. En una ocasión, quizás fue contra el Valladolid, remató un saque de esquina, el balón dio en el larguero y cayó hacia la línea de gol; el árbitro no concedió el tanto, pero el búlgaro, loco de euforia, como solía ocurrir cada vez que veía portería, se puso a correr como un poseso y recorrió toda la banda desde el Gol Sur hasta el centro de Preferencia festejando el no gol con la grada... o eso se creía él. Ivanov en estado puro.

Germán Pezzella no es Trifon Ivanov aunque, como él, gusta de actuar en el perfil diestro de la línea de centrales y suele marcar goles en jugadas a balón parado. El argentino no es tan extrovertido ni tan carismático ni tan particular como el búlgaro, pero fue él quien a modo de homenaje inconsciente, en la noche en que los béticos recordaron a un hombre que dejó huella sin ser el más brillante ni el más talentoso de la clase, impidió que el memorial tornase en drama. Un central tenía que ser. Por sacar algo positivo de un auténtico pestiño de partido de fútbol, vamos...