Una pachanga a la altura de la temporada (2-2)

LA CRÓNICA. El Betis mantiene hasta el final su tradicional ineficacia en defensa y en ataque y tampoco gana a un Sporting alicaído a pesar del doblete de Rubén Castro y el último recital de Dani Ceballos. Los verdiblancos acaban la Liga en la decimoquinta plaza

20 may 2017 / 16:44 h - Actualizado: 20 may 2017 / 22:51 h.
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  • Joaquín se protege de la presión de Vesga / Efe
    Joaquín se protege de la presión de Vesga / Efe

Se acabó lo que se daba. Y lo que el Betis ha dado ha sido muy poco, así que bien está lo que acaba, aunque acabe mal. El equipo verdiblanco cerró la Liga 2016-17 con otro empate, el segundo consecutivo con Alexis en el banquillo, con lo que su serie final ha sido de cinco jornadas sin ganar (tres derrotas y dos igualadas). Es decir, dos puntos de quince. El resumen perfecto de su temporada. Esa racha y otras muchas de similar o peor calibre lo condenan a terminar decimoquinto, lejos de su objetivo inicial y lejísimos de las expectativas de su afición. En la despedida fue superior al Sporting y remontó un tempranero 1-0 gracias a un doblete de Rubén Castro y la dirección de Dani Ceballos, pero ni en el adiós se libró de dos de sus pecados: la falta de puntería y una capacidad inexplicable para cometer siempre algún error defensivo clave.

El segundo y último Betis de Alexis, con Dani Giménez, Tosca y Cejudo como principales novedades, se plantó en El Molinón sin la misma intensidad que ante el Atlético y lo pagó pronto. Douglas aprovechó la parsimonia de Cejudo en su defensa para librarse de él, luego se vio con todo el hueco del mundo en la corona del área y largó un zurdazo inalcanzable para el meta. Después de toda la Liga a la sombra de Adán, lo primero que hizo Dani Giménez como titular fue sacar la pelota de su portería.

El tanto despertó un poco al Betis. No demasiado, porque la tarde tampoco estaba para grandes esfuerzos ni en un bando ni en otro. Pero al menos empezó a aparecer Dani Ceballos, que no es poco. Al calor de su inspiración, Durmisi chutó demasiado cruzado y Rubén Castro, previo pase de Joaquín de punta a punta, demasiado flojo y centrado. De todas formas, la segunda ocasión clara del choque también fue propiedad del Sporting: Burgui condujo desde su campo al área bética y habilitó a Carlos Castro, pero Dani Giménez estuvo fino de reflejos y repelió su chut.

Era el minuto 17 y fue la última vez que la portería del Betis se sintió amenazada en el primer tiempo. El equipo de Alexis se hizo por fin con el dominio absoluto del esférico, hasta el punto de que el Sporting ni siquiera trató de discutírselo y prefirió replegarse en su parcela. Ahora bien, a la hora de empatar, el conjunto de La Palmera tuvo que contar con la colaboración involuntaria de Cuéllar, que salió a por uvas y dio una patada al aire en un pase profundo de Cejudo. Solo, de cara a la portería y con el balón a su entera disposición, Rubén Castro marcó el gol más fácil de su carrera y la igualada acrecentó la superioridad del Betis, pero ninguna de las cuatro ocasiones que creó de ahí al intermedio, dos de Dani Ceballos y dos de Rubén, varió el marcador.

El Sporting no dio un paso adelante tras la reanudación y dejó todo en manos del Betis, como si se conformase con no castigar a su afición con la enésima derrota. Los verdiblancos atacaron con sentido y paciencia, pero también dejaron algún que otro hueco atrás y Burgui gozó de una contra fulminante que estropeó con un mal remate a pesar de las facilidades que le dio Mandi. A partir de ahí, primera serie de oportunidades verdiblancas como preámbulo del 1-2: un remate de Dani Ceballos que detuvo Cuéllar, un remate alto de Cejudo después de llegar a la frontal sin oposición... El Sporting ni atacaba ni defendía y Rubén Castro, en otro alarde de generosidad de la zaga local, entró en el área y dibujó un derechazo cruzado que sí sobrepasó a Cuéllar.

El partido tenía la tensión competitiva tan baja que el 1-2 apenas alteró las pulsaciones de El Molinón. Aun así, sin necesidad de un fútbol medianamente elaborado o vertical, el Sporting casi empató en una internada de Carlos Castro que paró Durmisi y una falta de Carmona que desvió Dani Giménez. Parecía un espejismo, la verdad. Inexistente en el centro del campo y vulnerable atrás, el Sporting seguía siendo víctima del recital de Dani Ceballos y recibía numerosas visitas verdiblancas en su área, pero entonces reapareció ese otro mal endémico de los de Heliópolis: su mala puntería. En un minuto y medio, Rubén se estrelló contra Cuéllar, Brasanac cabeceó demasiado alto y Rubén desperdició un mano a mano con el portero.

El Sporting estaba siendo tan inferior que estaba claro que no perdería. Es lo que tiene perdonar. Un mal despeje de Durmisi, la última desaplicación de una lista interminable en esta temporada para olvidar, facilitó el 2-2 a Carmona y de nada le valió al Betis su superioridad también en el tramo final, en el que Jonas Martin mandó el balón al larguero. Ha sido una de las campañas menos ganadoras de su historia y habría resultado ilógico que el Betis la cerrara con el signo de la victoria. Y con esto y un bizcocho...

REAL SPORTING DE GIJÓN: Cuéllar; Douglas, Babin, Meré, Canella; Sergio Álvarez, Vesga; Carmona, Nacho Cases (Cop, m. 64), Burgui (Isma López, m. 58); y Carlos Castro.

REAL BETIS: Dani Giménez; Rafa Navarro, Pezzella (Mandi, m. 46), Tosca, Durmisi; Petros, Brasanac; Joaquín (Nahuel, m. 87), Dani Ceballos, Cejudo (Jonas Martin, m. 80); y Rubén Castro.

Goles: 1-0, m. 7: Douglas. 1-1, m. 22: Rubén Castro. 1-2, m. 59: Rubén Castro. 2-2, m. 79: Carmona.

Árbitro: Iglesias Villanueva (Comité Gallego). Amonestó a Cejudo (36’) y Durmisi (86’).

Incidencias: partido correspondiente a la 38ª y última jornada de Liga, disputado en El Molinón ante 16.201 espectadores.