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Rafael van der Vaart junto a la balonmanista holandesa Estevana Polman, que juega en el Esfberg danés.
Rafael van der Vaart es reacio a marchar al fútbol árabe, chino o estadounidense y, tras rechazar varias ofertas recibidas de esas ligas exóticas, todo apunta a que será a partir de junio, una vez se abra de nuevo el plazo de fichajes en Europa, cuando abandone la disciplina verdiblanca para enrolarse en otro club del viejo continente.
El holandés tiene contrato de tres años con el Betis -hasta junio de 2018, a razón de un millón de euros netos anuales-, pero desde hace meses se le busca una salida y aunque la MSL de Estados Unidos tiene abiertas sus puertas hasta el 11 de mayo, no parece Van der Vaart muy dispuesto a cruzar el charco y prefiere esperar a encontrar una oferta que le satisfaga en el fútbol europeo.
El pasado fin de semana Van der Vaart estuvo en Esfberg (Dinamarca) en compañía de su nueva compañera sentimental, la jugadora de balonmano de 23 años Estevana Polman, internacional holandesa, y allí, a preguntas de los periodistas, no descartó la posibilidad de recalar en un equipo danés la próxima temporada. “Podría ser agradable, pero hay que ver qué pasar en el futuro”, dijo Van der Vaart, que apenas ha disputado 178’ en Liga con el Betis esta temporada (y 120’ de Copa) y desde la llegada de Juan Merino y Alexis al banquillo ha desaparecido incluso de las convocatorias, pues su última comparecencia con el equipo fueron los diez minutos finales del partido contra el Getafe el pasado 9 de enero, el último que dirigió Pepe Mel desde el banquillo.