Menú

2015 hizo al Sevilla aún más grande

Inconmensurable año para el cuadro sevillano: título, Champions y récord

27 dic 2015 / 07:31 h - Actualizado: 28 dic 2015 / 08:10 h.
"Sevilla FC","Unai Emery","José Castro","Bacca","José Antonio Reyes","Gameiro","Monchi","Vitolo","Sergio Rico","Krychowiak","Konoplyanka"
  • Bacca celebra junto a la afición del Sevilla el gol que valía el cuarto título de la Europa League. / Efe
    Bacca celebra junto a la afición del Sevilla el gol que valía el cuarto título de la Europa League. / Efe

La costumbre es el peor enemigo a la hora de realizar una valoración del año que está a punto de acabar en cuanto al Sevilla se refiere. Como sucediera en 2014, 2015 se cierra con un balance espectacular para el conjunto andaluz. Si cabe, incluso mejor que el anterior. El Sevilla, pese a su actual posición en la Liga, va a cerrar 365 días nuevamente mágicos. En ellos logró un nuevo título – el cuarto– de la Europa League, lo cual le valió para regresar a la Liga de Campeones; su récord de puntuación en la Liga (76); volvió a retar a grandes de Europa en la Champions; y se quedó con parte del corazón del Viejo Continente tras una final épica de la Supercopa de Europa ante el Barcelona.

El año no empezó bien, con una eliminación dolorosa en la Copa ante el Espanyol. Pero la segunda vuelta de la pasada Liga fue un mano a mano espectacular entre los de Emery, el Valencia y el Atlético. El hecho de que el Sevilla se centrara en la Europa League hizo que quedara tercero en esa carrera, no sin aniquilar prácticamente a cada rival que se le ponía por delante. Así lo hizo en su caminar por las eliminatorias europeas: Borussia, Villarreal, Zenit y Fiorentina cayeron con rotundidad ante los nervionenses, que conquistaron el cielo de Varsovia al remontar en la final ante el Dnipro. Las calles de Sevilla volvieron a engalanarse para recibir a sus héroes.

Llegado el verano, el Sevilla pasó por turbulencias con la costosa renovación de Emery y la incómoda venta de Carlos Bacca. Aún no se ha repuesto de las heridas que ambas dejaron, aunque pese a todo, casi conquista otra copa en una final histórica en Tiflis ante uno de los mejores equipos de la actualidad y puede que de la historia –perdió 5-4 ante el Barça en la Supercopa europea– y se reestrenó con orgullo en la Champions League –3-0 al Borussia de Monchengladbach en el Ramón Sánchez-Pizjuán–. Un estadio, el nervionense, que se ha permitido el lujo de un excelente lavado de cara que Castro quiere culminar con la cubierta de todo el estadio.

En la Liga actual, lo más destacado que ha hecho ha sido doblegar al Real Madrid y al Barcelona en Nervión, algo al alcance de muy pocos. Si le sumamos el importantísimo triunfo ante la Juventus en la Champions obtenemos la conclusión de que pese al mal momento del Sevilla, ha sido capaz del ganarle al campeón y subcampeón de Europa y al equipo más caro del mundo.

Lo negativo

Poco a poco está recuperando el rumbo perdido en un arranque de temporada con demasiados inconvenientes. Llegó a ser colista en la jornada 5 de la actual Liga, en la que aún sigue fuera de los puestos que dan derecho a jugar de nuevo competiciones europeas. Y se despidió de la Liga de Campeones, lo cual le ha valido para regresar a su torneo fetiche: la Europa League, donde le espera el Molde en 1/16 de final. Además, ha sido asolado por numerosas lesiones y no ha sido capaz de ganar fuera de casa desde mayo. Por si fuera poco, la habitual tranquilidad institucional ha sido zarandeada por una disputa un tanto bochornosa entre el presidente José Castro y el vicepresidente José María del Nido Carrasco. Felizmente, el pulso entre ambos ha sido aparcado un tiempo.

El Sevilla se asoma ya a 2016 pretendiendo alzar el vuelo y volver a demostrar que nadie es capaz de destruirlo, ni el mayor enemigo de todos: el empacho de gloria. Adiós a un 2015 verdaderamente inconmensurable y hola a un 2016 ilusionante.