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Ben Yedder celebra su gol frente al Olympique de Lyon en la Champions. / Manuel Gómez
Uno de los aspectos que más están llamando la atención en el devenir del Sevilla en este comienzo de la temporada es su notoria mejoría tras el descanso en los partidos. Lo hizo frente al Atlético de Madrid en su última comparecencia y lo viene repitiendo desde que echara a rodar el balón con la Supercopa de Europa ante el Real Madrid, cuando completó una segunda parte muy buena, sólo empañada por una desaplicación final que costó carísima. En la Liga, de las seis victorias sevillistas, cinco se construyeron en las segundas partes: Espanyol (3-3 en el descanso y 6-4 final), Las Palmas (0-1 y 2-1), Betis (0-0 y 1-0), Alavés (0-0 y 2-1) y Atlético (0-0 y 1-0), a las que habría que añadir el triunfo frente al Lyon en la Champions (0-0 y 1-0).
Más allá del resultado, parece que por la cabeza de Sampaoli pasa la intención de hacer desgastar al rival en las primeras partes a base de una posesión dominante para ir a por él sin miramientos tras el paso por vestuarios. Lo hizo ante Las Palmas, que fue mejor que el Sevilla en los primeros 45 minutos pero que fue avasallado por los de Sampaoli hasta ser derrotados. Le sucedió lo mismo a un Alavés muy rocoso, aunque esta vez el Sevilla tiró de paciencia. Y por supuesto frente a todo un Atlético de Madrid y ante el Olympique de Lyon en la Liga de Campeones. La victoria por 1-0 ante los franceses pudo ser bastante más amplia tras una vuelta de vestuarios que pilló desprevenidos a los de Bruno Genesio. En Zagreb se limitó a consolidar el 0-1, aunque falló ocasiones.
En contraposición a estos datos, los partidos jugados en Villarreal (0-0), en casa del Athletic (3-1) y en Leganés pese a la victoria (2-3). En el primero Sergio Rico evitó la derrota y en el segundo, tras igualar al Athletic, llegó la debacle en el último cuarto de hora. En Butarque casi echa a perder una renta de 0-2.