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Los jugadores, durante la sesión de ayer. / Manuel Gómez -
El Sevilla tiene ante sí la posibilidad de dar una gran alegría a su afición. El equipo de Vincenzo Montella se juega el pase a las semifinales de la Copa del Rey ante un Atlético de Madrid que pagó en sus carnes el inicio del despegue nervionense. La victoria por 1-2 en el Metropolitano fue todo menos fruto de la casualidad. Tras tocar fondo días antes, el Sevilla rindió a su mejor nivel del curso para poner la eliminatoria de cara a base de seriedad y carácter competitivo. Además, no fue algo puntual. En el RCDE Stadium dio continuidad a esa mejoría poniendo fin a su mala racha liguera. Ahora, de nuevo en el torneo del KO, debe confirmar definitivamente su despegue.
Una de las cuestiones que plantea la cita de esta noche es ver si Montella mantiene a los once jugadores que ganaron esos dos encuentros. El técnico italiano repitió alineación y no le fallaron. El tiempo de descanso es escaso para todos los equipos inmersos en la Copa, pero la motivación debe ayudar a realizar ese esfuerzo cuyo premio es ver cerca la posibilidad de disputar la final y, además, pedir paso a ojos de todos apeando del torneo al Atlético en una temporada difícil desde su inicio.
Montella no da pistas sobre sus planes, aunque todo girará en torno al tándem Banega-Nzonzi, espectacular en el feudo madrileño. Junto a ellos, Mercado se ha ganado el puesto en el eje de la zaga, al igual que Corchia en el costado derecho. La mejoría también es cosa de futbolistas como Franco Vázquez, Correa, Sarabia o Muriel, todos ellos importantes para un Sevilla a cuyo once inicial aspiran también jugadores como Ben Yedder, Pizarro o Geis. Más allá del elegido, lo importante es saber llevar el partido al lugar deseado y no permitir que sea Atlético quien imponga su estilo. Los de Simeone –hoy dará la convocatoria– llegarán sin Diego Costa, lesionado, pero con Vitolo, que regresa Nervión por segunda vez.
Los precedentes históricos sonríen al Sevilla, que ganó por 1-2 otros siete partidos de ida de eliminatorias coperas. En seis ocasiones certificó en la vuelta su pase y sólo en una fue apeado. Por su parte, el Atlético debe retroceder casi cuatro décadas para encontrar un resultado que le permitiese superar la desventaja actual.