Coordenadas para el GPS

El Sevilla mostró exageradamente sus dos caras pero encontró el camino a seguir

21 nov 2017 / 23:23 h - Actualizado: 23 nov 2017 / 14:02 h.
"Champions League","Banega","Franco Vázquez","Eduardo Berizzo"
  • Los jugadores del Sevilla FC se conjuran antes del partido. / Manuel Gómez
    Los jugadores del Sevilla FC se conjuran antes del partido. / Manuel Gómez

En el fútbol, y en la vida, uno se queda con lo más reciente. Es algo inevitable. Y las caras de los sevillistas, pulseras de colores al viento, al salir del Sánchez-Pizjuán ayer demuestran que la espectacular segunda parte del Sevilla enterró la obscenidad con la que el Liverpool lo mandó al descanso. Un 0-3 convertido en 3-3 ante un equipo como el inglés y en un torneo como la Champions sabe a victoria.

Y la de ayer es una victoria que debe dar alas al Sevilla y a su entrenador, que esta vez supo hacer reaccionar a sus hombres. Quizás fuese por la desesperación del 0-3 al descanso, pero qué más da. El caso es que desde la lona y con pajaritos revoloteando sobre su cabeza, el Sevilla descubrió el camino. No sólo para rescatar un partido perdido (pudo hasta ganar, en lo que hubiera sido una noche inolvidable), sino para poner en el GPS las coordenadas adecuadas para el futuro más inmediato.

Con un solo pivote (a Berizzo le salió bien hasta la controvertida decisión de quitar a Nzonzi en vez de a Pizarro), Banega más retrasado y Franco Vázquez en la posición más adelantada que dejó Éver, el Sevilla voló. De repente cortó casi todas las intentonas de contragolpe del Liverpool, penetró por ambas bandas, a Ben Yedder le llegaban cada vez más balones y, lo más importante, marcó goles.

Si este Sevilla tiene dos caras, ayer escogió una careta para cada mitad. Los vasos se siguen viendo como uno quiera. Medio lleno: los puntos en la Liga pese a la intuición de que entrar entre los cuatro primeros será muy difícil. Medio vacío: las evidentes lagunas en la confección del equipo (el proyecto Champions exige remiendos) y la falta de continuidad en el juego, que Berizzo no consigue estabilizar.

La segunda parte de ayer es el camino. No hay duda. Decisión clara de atacar, intensidad pese a la falta de físico contra rivales de postín, un solo pivote, Banega de organizador, Franco Vázquez pese a sus lagunas. Y Muriel con Ben Yedder, aunque sólo se mezclaran durante unos minutos. Lo mejor para el Sevilla es que el vaso, en pleno mes de noviembre, se puede llenar. Y queda claro cómo.