Dinero en el aire, dinero en el campo

Ingresos récord por traspasos y una nueva inversión millonaria en refuerzos dibujan el verano en el Sevilla, cuyos rectores deberán afinar a la hora de poner pilares para competir y mantener el modelo de negocio

12 jun 2018 / 08:00 h - Actualizado: 11 jun 2018 / 21:35 h.
"Sevilla FC","José Castro","Joaquín Caparrós"
  • José Castro y Joaquín Caparrós gestionan un proyecto sobre el que hay grandes expectativas. / Manuel Gómez
    José Castro y Joaquín Caparrós gestionan un proyecto sobre el que hay grandes expectativas. / Manuel Gómez

«Desde el consejo de administración volveremos a apostar fuerte en lo económico para confeccionar una plantilla de alto nivel que esté preparada para pelear en todas las competiciones que disputemos». Las palabras de José Castro, presidente de la entidad, recogidas por la revista oficial Football Club dan respuesta a una de las grandes cuestiones que los aficionados se plantean cada verano: ¿hasta qué punto estará dispuesto el club a invertir en refuerzos?

El extraño sabor que dejó la pasada campaña obliga a los rectores a afinar, y mucho, a la hora de tomar decisiones en este sentido, después de haber pulverizado todos los registros superando la cifra de 77 millones de euros en refuerzos, repartidos como sigue: 21,5 por Muriel; 12,7 por Kjaer; 11 por Arana; 8,7 por Pizarro; 7,7 por Banega; 7 por Nolito; 5,1 por Corchia; 2 por la cesión de Geis; 350.000 euros por el préstamo de Carole; 2,5 millones por Carballo (jugador del Sevilla Atlético)... Y sin contar las cesiones de Roque Mesa, Sandro y Layún, llegados en invierno.

Ahora, un año después, el Sevilla, con nuevo entrenador, Pablo Machín, y una dirección deportiva con Joaquín Caparrós (director de fútbol) y Carlos Marchena y Paco Gallardo (adjuntos al utrerano) en su estructura, trabaja para poner los pilares del nuevo proyecto. Un proyecto que navega entre el anuncio del presidente sobre esa «fuerte» inversión en refuerzos y los suculentos ingresos que se prevén por la venta de jugadores, hasta el punto de que ésta va a contrarrestar en parte el desplome causado por el hecho de no disputar la Liga de Campeones.

Aunque todo (o casi) es posible en el mundo del fútbol, jugadores como Nzonzi o Lenglet están en la rampa de salida y, salvo sorpresa, harán las maletas. El centrocampista tiene una cláusula de rescisión de 40 millones, pero el Sevilla incluso estaría dispuesto a escuchar ofertas, aunque quizá no haga falta. Por su parte, el central tiene una cláusula de 35 y el Barcelona debe ser su destino.

A la espera de acontecimientos, lo que sí es un hecho es el adiós de Pizarro, quien regresa al Tigres mexicano por 8,5 millones.

Otro jugador llamado a marcharse es Sergio Rico, con 40 millones de cláusula pero rebajables por un Sevilla que deberá acertar a la hora de construir un plantel competitivo... y disponer así de activos que permitan generar ingresos por traspasos y mantener el modelo de negocio que tantos réditos en los últimos tiempos.