El Ramón Sánchez-Pizjuán pasa por ser uno de los estadios con mejor ambiente de fútbol de Europa y lo demostró de nuevo este miércoles en el partido Sevilla-Las Palmas. Un encuentro que estaba marcado por el regreso de Vitolo a Nervión, el cual quedó en un segundo plano por la ausencia de insultos corales (salvo un reducido grupo de hinchas en el calentamiento y tímidamente cuando el canario fue sustituido) y el momento del canto del himno del Centenario, aderezado por un espectacular juego de luces en el remozado estadio sevillista.