El esperpéntico lío de las fechas y el formato de la Supercopa de España 2018 continuó ayer de manera sorprendente. Tras la reunión de ambos clubes con la Federación a las 17.00 en Madrid, esta instó a los primeros a tomar una decisión antes de la media noche proponiendo jugarla a partido único el día 12 de agosto en una sede neutral, en principio Tánger (Marruecos). Finalmente el Sevilla comunicó minutos antes de la noche su negativa pese a que el Barcelona, sin pensárselo mucho, había dicho que sí. «Por respeto a nuestros socios, a nuestra afición», explicó el presidente sevillista, José Castro.
El Sevilla sigue entendiendo, como informó El Correo de Andalucía, que el problema no lo crean ellos, con un calendario oficial ya fijado en Europa, sino el Barça, que se empeña en jugar un amistoso en EEUU el 5 de agosto, día fijado para jugar la ida en el Sánchez-Pizjuán (la vuelta es el 12 en el Camp Nou).
Ante tal embrollo, será el Consejo Superior de Deportes quien decida finalmente cómo y cuándo se juega el primer torneo de la temporada. Y no tardará mucho.
Tánger ya acogió la supercopa francesa la pasada temporada entre el PSG y el Mónaco y aún no está descartada como sede de la final, ya que tanto la Liga como la Federación apuestan por ello. La expectación que levantaría ese partido en una afición, la marroquí, muy pegada al fútbol español, además de la cercanía para los sevillistas en especial, sería un mal menor para el club de Nervión, que ya ha vendido en el abono tal partido a sus socios... pero en el Sánchez-Pizjuán.