Lo ha dicho Krychowiak: «La afición es lo único que ha estado a la altura que requiere la Champions». Y así ha sido. Tras un mal encuentro del Sevilla, el espectacular ambiente en las gradas fue lo más destacable en clave sevillista. El colorido gracias a las banderas que el club regaló a sus socios y los decibelios con todo el mundo entonando la letra del himno de El Arrebato dejó boquiabiertos a los aficionados del Manchester City, que se esmeraban en grabar con sus móviles tan destacado momento.