Fazio o la búsqueda de los galones perdidos

El central regresa con un doble desafío: recuperar su estatus de pieza clave... y el de futbolista querido por una afición dividida ante su llegada

02 feb 2016 / 08:00 h - Actualizado: 01 feb 2016 / 23:33 h.
"Sevilla FC","Federico Fazio"
  • Fazio, recibido por Monchi el pasado domingo. / Manuel Gómez
    Fazio, recibido por Monchi el pasado domingo. / Manuel Gómez

En el mundo del fútbol poner la mano en el fuego por algo significa correr un serio, serio riesgo de quemarse. Y si no, que le pregunten, por ejemplo, a Federico Fazio. En el verano de 2014, el central argentino hizo las maletas de forma repentina y puso rumbo al Tottenham. Una decisión que sorprendió a la afición y al club, confiado éste en que seguiría siendo uno de los baluartes del equipo. Fazio, que además era uno de los capitanes, puso rumbo a la Premier y zanjó su historia con el Sevilla de un plumazo.

Fue un adiós por la puerta de atrás porque, si bien hizo uso de su legítimo derecho a afrontar nuevos retos profesionales y personales, se marchó de una forma fría. Todo ello ante una afición que había terminado valorando el trabajo y crecimiento deportivo de un jugador que llegó al club siendo muy joven y terminó erigiéndose en uno de los grandes referentes del primer equipo.

Fazio ha defendido el escudo del Sevilla en casi doscientas ocasiones. Deportivamente puede ser un buen refuerzo. Sólo ha jugado un partido en la presente campaña, por lo que necesita tiempo para coger el ritmo competitivo necesario. La cuestión es: ¿dará el nivel que ofrecía cuando se marchó? Es la gran incógnita de esta incorporación, oficial desde este lunes a mediodía, horas después de que el zaguero se fundiese en un revelador abrazo con Monchi cuando éste fue al aeropuerto para darle la bienvenida.

Recurriendo al título del conocido film estadounidense dirigido por Steven Spielberg y protagonizado por Tom Hanks, Monchi siempre quiso salvar al soldado Fazio. No lo tenía tan claro, en cambio, José Castro. El presidente se había mostrado muy crítico en su día con el argentino. Pese a ello, poco a poco sus allegados fueron convenciéndole de que recuperar al zaguero era una posibilidad real en vista de que Pochettino no estaba dándole el sitio que Fazio quería. Luego, cuando la plaga de lesiones dejó a la defensa en cuadro, Castro se agarró al recurrente pelillos a la mar para tragarse el orgullo. Tal fue así que las gestiones para rescatar al jugador –siempre ligado a la ciudad– se aceleraron, sobre todo tras la grave lesión de Marco Andreolli.

«Es evidente que Fazio no salió como todos quisiéramos y a mí me enfadó mucho, pero tengo que pensar por el Sevilla. Si tengo que entender que mi enfado me lo tengo que cubrir con una manta porque Fazio ahora es necesario, lo haré porque es mejorar para el Sevilla», llegó a decir Castro a finales del pasado mes de diciembre.

Ahora, un mes después, el argentino regresa a Nervión. Lo hace en calidad de cedido sin opción de compra hasta final de temporada. Fazio puede ser un buen refuerzo, pero no sólo tendrá que luchar por hacerse sitio y dar el nivel deseado; también tendrá que ganarse el respeto de aquellos que criticaron su forma de marcharse y que no ven con buenos ojos su regreso. Recuperar los galones perdidos es el gran reto del futbolista argentino.