¿Hasta cuándo este sinsentido?

Mientras el equipo sigue sumido en un bajón, el Sánchez-Pizjuán asiste, día tras día, a un conflicto que empaña una temporada llamada a ser histórica

02 abr 2017 / 18:51 h - Actualizado: 02 abr 2017 / 19:04 h.
"Sevilla FC","José Castro"
  • Aficionados del Sevilla durante el partido contra el Sporting. / Manuel Gómez
    Aficionados del Sevilla durante el partido contra el Sporting. / Manuel Gómez
  • José Castro, con las selecciones campeonas del Mundialito de la Integración (Paraguay en categoría masculina y Bolivia en femenina). / Manuel Gómez
    José Castro, con las selecciones campeonas del Mundialito de la Integración (Paraguay en categoría masculina y Bolivia en femenina). / Manuel Gómez

Quién te ha visto y quién te ve, podría decirse cuando uno ve el Sánchez-Pizjuán y no lo reconoce. Aunque muchos aficionados animan y ponen de su parte, es innegable que este estadio no es ni por asomo ese estadio admirado y temido por el calor de sus seguidores.

El conflicto entre los Biris y el club sigue deparando episodios para desgracia de un Sevilla, el Jorge Sampaoli, que estaba llamado a realizar una campaña histórica y poco a poco se ha quedado sin combustible. Quedan nueve jornadas por delante y al menos este domingo, en la segunda parte, se vio algo, chispa, cosa que no ocurrió en los últimos encuentros, esos que han sumido al equipo en un bajón del que no consigue salir.

Lo que no cambia es la situación que se vive en las gradas del Sánchez-Pizjuán. La huelga de animación de los Biris continúa su curso y su silencio sólo se rompe puntualmente para dedicar cánticos a José Castro. Este domingo no fue una excepción precisamente. Se escucharon durante la entrega, por parte del presidente, de los premios a los campeones del Mundialito de la Integración, antes del partido; se escucharon al descanso; y se escucharon tras el pitido final... Estos cánticos siguen teniendo respuesta en forma de silbidos por parte de aficionados de otros sectores del estadio que critican la forma de actuar de los Biris en este asunto.

El problema sigue sin resolverse y da la sensación de que esto se ha convertido en una guerra de desgaste en la que nadie sabe cuándo llegará a su fin. Un auténtico sinsentido. Porque sinsentido es ir a un estadio y ver a los aficionados de un mismo equipo divididos por culpa de un asunto al que, definitivamente, el club debe poner fin por el bien de todos, y muy especialmente de un equipo que siempre caminó de la mano de su afición y a la que ésta impulsó en los buenos y en los malos momentos.

Por este camino, desde luego, no se puede seguir. Hasta los propios jugadores léase Vitolo, uno de los capitanes y una de las voces más autorizadas de este Sevilla empiezan a pronunciarse sobre el asunto. «Ojalá se solucione esto pronto porque ya porque los jugadores no sentimos el cariño de la grada y lo necesitamos. Que hable quien tenga que hablar», dijo el internacional español tras el partido.