Heridas que lamer bajo la lluvia

El Valencia, en plena crisis, rival-trampa para un Sevilla con resaca de Champions

26 nov 2016 / 05:59 h - Actualizado: 25 nov 2016 / 19:08 h.
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  • Los jugadores del Sevilla, durante un entrenamiento de esta semana en la ciudad deportiva. / Efe
    Los jugadores del Sevilla, durante un entrenamiento de esta semana en la ciudad deportiva. / Efe

Tras la resaca Champions, al Sevilla le toca esta noche una de las duras pruebas que acarrea estar metido en las grandes batallas de Europa: saber pasar página para afrontar un duro reto doméstico. Llega a Nervión el Valencia, un grande de la Liga venido a menos en los últimos años y a muy poco en el actual, cuando se tambalea en los puestos de abajo de la clasificación sin despegar pese al cambio de entrenador ejecutado. Pasar página no sólo implica cambiar el chip mental, sino demostrar profundidad de plantilla, un aspecto que en el Sevilla aún no queda nada claro.

El equipo nervionense tiene una cita clave el 7 de diciembre en Lyon, partido para el que Nasri ha iniciado un plan especial que le impedirá jugar esta noche; y cita para la que no quiere arriesgar Mariano, que con una elongación en el bíceps femoral derecho no estará sobre el césped tampoco. Tercero con 24 puntos, los de Sampaoli deben refrendar la victoria in extremis en La Coruña como señal inequívoca de que no se desmorona ante imprevistos como el del martes. Es más, debe afianzar los conceptos que le hacen ser aplaudido por su propia afición pese a las derrotas ante Barça y Juve.

Pero también corregir sus evidentes problemas. Uno de ellos es doble: dominar las áreas. Ni es contundente atrás –viene de recibir dos goles de un timorato Dépor y tres de la Juve con pocas llegadas de peligro reales–; ni exhibe una fuerte pegada cuando ataca: valga de máximo ejemplo el reciente Sporting-Sevilla. Lo reconoce Sampaoli y quiere agravarlo Cesare Prandelli, el técnico que intenta levantar la nave valencianista, a la deriva con Pako Ayestarán y Peter Lim de magnate todopoderoso. El entrenador italiano va a cambiar de receta en el Sánchez-Pizjuán: defensa de cinco para cerrar los espacios al Sevilla y forzarle a tener una clarividencia que pocas veces está mostrando. Y buscar las contras sin ningún pudor. Las debe articular un jugador que estuvo cerca de ser sevillista, Dani Parejo. Lo impidió la rivalidad contra el Sevilla que inunda la capital del Turia, agravada por casos recientes como el de Éver Banega, convertidos en gangas por el saber del club de Nervión. Ahora Parejo, que llegó a estar apartado durante la pretemporada por su deseo de ser traspasado, es fundamental en el equipo che.

Así las cosas, Sampaoli está destinado a tocar el dibujo, que no el objetivo. De defensa de tres pasará a una de cuatro, con Mercado de lateral derecho –si Escudero, con problemas, no es titular, lo sería el denostado Kolo, en principio–; de N’Zonzi como único pivote –aunque ante la Juve ya lo acompañó Iborra– el francés pasará a jugar con Kranevitter, seguramente; y como quiera que Nasri no está, Franco Vázquez apoyaría a N’Zonzi en la creación, dejando más arriba a Vitolo y Vietto, seguramente acompañados de Ben Yedder –se disputa el puesto con Sarabia–. Es la carta que esconde Sampaoli, que sabe que debe tener mordiente ante la poblada defensa valencianista. Para ello precisa, además, de frescura física, es más que evidente.

Las horas bajísimas del Valencia añaden peligro a su disfraz de cordero. Malherido, necesita reaccionar y hacerse fuerte de atrás hacia adelante. Un claro duelo de estilos bajo la lluvia, sobre un tapete, el de Nervión, donde no hay tiempo para relamerse las heridas.