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José Castro, presidente del Sevilla, junto a Villar, su homólogo en la RFEF. / Efe
El Sevilla y el Barcelona han solicitado «de manera reiterada» a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), según explica el club nervionense en un comunicado, que la final de la Copa del Rey a disputar el 22 de mayo en el Vicente Calderón no se juegue a las 21.30 horas, tal y como está previsto según conveniencia de Mediaset, empresa propietaria de los derechos televisivos de dicho partido. «Pese a la reiteración por parte de ambos clubes en la solicitud de reunión, la misma no ha tenido lugar hasta la fecha y la única comunicación que han recibido ambos de la RFEF es que no desea debatir la cuestión y no se accede a que se celebre ninguna reunión con dicho objetivo», indica el Sevilla que, como el Barça, prefiere que se juegue antes para facilitar la vuelta de los aficionados tras el encuentro. «Los dos clubes finalistas exigen que la final se dispute en el horario que ofrezca las mejores posibilidades de desplazamiento y conciliación laboral de sus respectivas aficiones», insiste el club hispalense.
Teniendo en cuenta que la final se disputará en domingo y que el día siguiente es laborable, ambos clubes «entienden que entre las 18.00 y las 19.00 horas sería el mejor horario para que sus aficiones pueden hacer un desplazamiento cómodo hasta Madrid y un regreso que permita llegar a sus puntos de origen a una hora razonable de la noche del partido», según reza el comunicado del Sevilla, que ha querido poner en conocimiento de la opinión pública que «más allá de las cuestiones contractuales que pudiera querer hacer valer Mediaset respecto a su relación con la RFEF, la determinación de la hora de la final es una cuestión de voluntades y que el hecho de que ni siquiera se haya querido atender la petición de reunión de los clubes supone un manifiesto desprecio y una clara falta de sensibilidad hacia ambas entidades y sus respectivas aficiones». Cualquier horario posterior a las 19.00 horas, pues, «cuenta con el rechazo absoluto de los dos clubes, que se han unido para exigir respeto a sus aficiones y hacer valer su opinión para que la fiesta que supondrá la próxima final de la Copa del Rey sea completa».