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Jesús Navas, ejecutando el disparo que le permitió marcar el 1-0. / Manuel Gómez
El Sevilla inició su andadura por la Europa League de la mejor forma posible: encarrilando la eliminatoria contra el Újpest a las primeras de cambio tras un partido de ida en el que quedó de manifiesto la diferencia de potencial entre uno y otro equipo. Había que demostrarla, eso sí, sobre el césped y eso fue lo que hicieron los hombres de Pablo Machín, liderados por un futbolista: Jesús Navas. El Duende de Los Palacios llevaba sin jugar desde finales de abril y reapareció a lo grande: inauguró el marcador con un disparo cruzado previo regate y control de primera tras un pase en largo de Roque Mesa (7’) y, más tarde, dando el 3-0 a Sarabia en una jugada muy parecida (43’). Antes, en el 32’, Ben Yedder puso el 2-0 al transformar un penalti sobre Sarabia de Paljevic, expulsado con roja directa.
Jesús Navas hizo prácticamente lo que quiso. Casi treinta mil aficionados presenciaron la exhibición de su buque insignia. Dio igual tener que ir al estadio un 26 de julio. El Sánchez-Pizjuán se vistió de gala dejando claro que hay muchas, muchas ganas de ver a este Sevilla. Lo hizo, disfrutó y apagó sus luces hasta otro día con una sonrisa en la boca de sus aficionados. Nada mejor que ganar y, además, convencer por mucho que falte.
El recital de Jesús Navas duró sesenta minutos. Machín decidió darle un respiro en la segunda parte ante la ovación generalizada de la parroquia nervionense. Excelente noticia, sin duda, ver al palaciego regresar a este nivel liderando a un Sevilla que encarriló la eliminatoria contra el Újpest por la vía rápida y que buscó –y pudo– aumentar su renta, pero entre el buen hacer del guardameta Pajovic y la falta de acierto a la hora de la verdad se quedó en el intento hasta que Franco Vázquez cabeceó un centro de Ben Yedder en el tiempo de prolongación.
Con Vaclik ganando la partida a Sergio Rico en la lucha por ser el elegido, Nico Pareja, Carriço y Escudero como centrales titulares a la espera de que los nuevos refuerzos entren en escena y sin los mundialistas como notas destacadas de la formación inicial, el Sevilla ganó con argumentos. Tuvo la pelota y la jugó con sapiencia exprimiendo la calidad de hombres como Sarabia o Nolito. Buen partido de ambos, con muchas ganas y dejando claro que quieren ser importantes. Eso sí: se le resiste el gol al sanluqueño, muy participativo en lo que va de verano.
A ese buen trabajo se sumó el de futbolistas como Roque Mesa. Fundamental el papel del centrocampista canario en este Sevilla. Su capacidad de liderazgo puede ser un tesoro.
También fue titular Franco Vázquez, difuminado por momentos por más que buscó el premio del gol arrancando desde el círculo central hasta que lo encontró mientras Banega, llamado a jugar en esa demarcación, lo veía todo desde el banquillo.
Capítulo aparte merece Ben Yedder. No es el delantero tipo que quiere el técnico, pero marcó un gol y tuvo otros que el portero primero y un defensor, más tarde, evitaron en la primera parte. El francés no está dispuesto a perder su estatus de titular y sigue aportando cosas. Como el 4-0.
Con 3-0 y las piernas cargadas por el trabajo de pretemporada, Machín dio minutos a Corchia (otro jugador que reaparecía en partido oficial tras su lesión), Pejiño (talentoso y con muchas ganas) y Borja Lasso (dispuesto a quedarse en el plantel) para disfrute de una afición que se marchó a casa feliz.
FICHA TÉCNICA.
4 - Sevilla FC: Vaclik; Carriço, Nico Pareja, Escudero; Jesús Navas (Corchia, m.58), Roque Mesa, Franco Vázquez, Arana (Borja Lasso, m.77); Sarabia (Pejiño, m.70), Ben Yedder y Nolito.
0 - Ujpest: Pajovic; Pauljevic, Bojovic, Litauski, Burekovic; Sankovic, Diallo; Nwobodo, Zsoter (Horj, min. 64), Nagy (Balasz, min. 32); y Novothny.
Goles: 1-0, m.7: Jesús Navas. 2-0, m.32: Ben Yedder, de penalti. 3-0, m.43: Sarabia. 4-0, m.92: Franco Vázquez.
Árbitro: Andris Treimanis (Letonia). Expulsó con roja directa al visitante Pauljevic (m 32). Amonestó a Pareja (m.62).
Incidencias: Partido de ida de segunda ronda previa de la Europa League disputado en el Ramón Sánchez-Pizjuán ante 29.671 espectadores.