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José María del Nido podría ser uno de los protagonistas de la asamblea sevillista.
El Sevilla vive esta tarde otra jornada importante con la celebración de la ordinaria junta general de accionistas. Con un balance económico más que positivo (23,4 millones de beneficio después de impuestos) y uno deportivo igualmente bueno (clasificación para la Champions actual, en la que está en los octavos de final, ronda en la que cayó el curso pasado, el que se evalúa hoy), no debe haber problemas para que la mayoría del accionariado dé el aprobado a la labor del consejo de administración, encabezado por un José Castro a cuyo mandato, por así decirlo, le queda en teoría un año más de encargo.
La atención estará centrada en otros aspectos. Primero, la presumible aprobación de la decisión de repartir dividendos, paso previo obligatorio de cara al gran objetivo de los principales dirigentes: tener remuneración económica. La propuesta es repartir 1,5 millones entre el accionariado (15 euros por acción, que subirían notablemente su valor en la calle, otro de los objetivos para tratar de evitar ventas a manos sospechosas) y fijar un porcentaje de los beneficios como retribución para el presidente Castro, el vicepresidente Gabriel Ramos y posiblemente más consejeros, a definir en una posterior reunión del órgano gestor. Siempre con el límite de 500.000 euros que marcan los estatutos.
Pero puede haber un protagonismo cada vez menos sorprendente de José María del Nido. El expresidente, que quiere recuperar poder dentro del club, pretende –según determinan los pasos que está dando– acceder de nuevo al consejo de administración, del que salió su hijo el pasado verano tras las acusaciones sobre posibles irregularidades de José Castro y el caso Vitolo. Sobre estas dos cuestiones, a buen seguro, dará explicaciones Castro, que muy posiblemente sea cuestionado desde el atril por Del Nido. No será una asamblea cualquiera.