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El entrenador del Sevilla, Julen Lopetegui, durante el encuentro ante el Espanyol. / Efe
Pese al bajón que ha experimentado el Sevilla de Lopetegui desde principios del pasado mes de diciembre, el técnico vasco llegó sobrado para comerse los polvorones en la capital andaluza. La verdad es que nadie lo discutía en aquel momento, porque los malos resultados se atribuían a una mala racha que no se extendería demasiado en el tiempo.
Pero la racha se está alargando más de lo debido y ahora son pocos los que ponen la mano en el fuego por que Lopetegui se termine zampando las torrijas como entrenador del Sevilla.
Todo comenzó el 8 de diciembre tras el empate frente a Osasuna (1-1). Un encuentro en el que el equipo perdonó más de lo debido –una tónica constante en la temporada sevillista- y lo acabó pagando. Después llegó la derrota ante en el Apoel en la Liga Europa (1-0) que poco importaba ya porque la clasificación para la siguiente ronda estaba cerrada.
A partir de entonces, 9 puntos de 24 posibles en liga y la sonada eliminación copera frente al Mirandés (3-1). Lo que toca ahora, la eliminatoria ante el Cluj en la Europa League, que podría marcar el devenir de Lopetegui. Una final para el preparador guipuzcoano como ya lo fue para Pablo Machín hace un año, quien perdió el cargo después de caer estrepitosamente contra el Slavia de Praga.