Mestalla estalló de emoción en el minuto 69 en la vuelta de semifinales de la Europa League que lo enfrentaba al Sevilla hace menos de un año. Mathieu acababa de confirmar la remontada levantina con el tercer tanto local (3-0). El conjunto de Unai Emery dejaba escapar una ventaja de dos goles que habían conseguido ante su público. Y 69 después, esa renta había saltado por los aires.
Para los sevillistas y el propio entrenador, menos mal que Mbia lo arregló en el 94 con aquel recordado cabezazo. Toda una lección, cercana en el tiempo, de lo que el equipo nervionense debe evitar esta noche. El Villarreal tratará de hacer la machada, mientras el Sevilla se tomará el encuentro como si el de ida no se hubiera producido. El Sánchez-Pizjuán –29 partidos oficiales sin ver una derrota– es el mejor escudo.
La ventaja sevillista en esta eliminatoria con respecto a la que disputó frente al Valencia es precisamente la de jugar la vuelta en casa y traer una renta amplia de Castellón. Para caer eliminado, los de Marcelino deberían vencer en Nervión por un contundente 0-3. Tras más de un año sin caer en casa sería un total despropósito por parte del Sevilla, aunque en fútbol se han visto ejemplos más extraños y dolorosos. Nadie, por ejemplo, pensaba que el propio Sevilla pudiese acceder a los cuartos de final del pasado año después de caer en casa frente al Betis (0-2). Un golpe de ese calado en el partido de ida y ante tu eterno rival era demasiado duro. Sin embargo, este deporte –y la historia reciente del Sevilla– está llena de heroicidades del estilo. Hoy deberá actuar de antihéroe, todo lo contrario. Se trata de calmar el choque y aburrir al Villarreal con una férrea defensa y un mortal contragolpe. Que los amarillos vuelvan a chocarse con la doble pared que ya les puso Emery en la ida. Una trampa de la que aún no ha salido Marcelino, quien sigue dándole vueltas al modo en que Unai Emery lo sacó (casi) de Europa sin que se diese ni cuenta. El asturiano regresa al que un día fue su hogar, pero donde poco a poco ha ido perdiendo los amigos que le quedaban con frases hirientes contra su anterior club y escenitas como la del partido de Liga. No será bien recibido. Nervión tiene preparada otra fiesta del fútbol europeo. Imposible que su equipo se relaje con el empuje de la grada.
Para contrarrestar el nulo miedo a perder del Villarreal y su ataque suicida desde el primer minuto, Emery sigue planteando el campo de minas que desea colocar. No obstante, no será una renuncia total a tener la pelota. Es la mejor medicina para cansar las intentonas visitantes. Para ello, jugadores como Banega (en un momento de forma muy dulce) o Reyes (en caso de que Vitolo no se recupere a tiempo ) serán fundamentales. La principal duda está en cómo solucionar la ausencia de uno de los guerreros de este Sevilla: Krychowiak. El polaco vio amarilla en Villarreal y tiene que cumplir un partido de sanción. Lo lógico sería que Banega ocupase su lugar en el equipo, dejando a Iborra y Mbia como pivotes defensivos, con el argentino unos metros por delante. Sería Iborra el que hoy actuaría más como defensor que como atacante. La otra opción que no se puede descartar es adelantar a Daniel Carriço al centro del campo, y juntarlo con Mbia, una dupla que el año pasado dio grandes réditos. Para el ataque también pueden aparecer variaciones. De decidirse por jugar claramente al contragolpe, la titularidad de Gameiro es indiscutible, mientras Bacca esperaría su oportunidad. Una noche para seguir con el sueño.