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Montella, durante un entrenamiento. / M. G. -
En la imagen, José María Cruz dentro del coche donde también iba José Castro. / M. Gómez -
El vicepresidente Gabriel Ramos llegando al estadio este martes. / M. Gómez
El Sevilla ha vuelto al trabajo tras la debacle en la Copa del Rey. Vincenzo Montella podría estar ante sus últimas horas como entrenador. Y es que mientras dirige al equipo en la ciudad deportiva (con la novedad de que el brasileño Ganso vuelve a entrenarse con el grupo tras muchas semanas apartado), el consejo de administración del Sevilla se reúne para tratar su futuro, es decir, decidir si dirige o no al equipo en Valencia este viernes en casa del Levante.
Tras el último ridículo protagonizado en la final de la Copa del Rey, el crédito del italiano parece estar agotado y la confianza de la planta noble del Ramón Sánchez-Pizjuán es casi nula en su persona, aunque la cercanía del próximo partido podría salvar su cabeza. Como informó ayer El Correo de Andalucía, el presidente sevillista es el más decidido a prescindir ya del italiano, aunque muchos consejeros e incluso el director deportivo, Óscar Arias, no ven mal dejar a Montella hasta el final de la temporada o, al menos, hasta el viernes. Tras la polémica sobre los dos días de descanso que aprovechó para viajar a Milán, Montella puede ser el primero en caer después de que la furia de la afición se centre en el máximo mandatario, José Castro, quien ha llegado al estadio Ramón Sánchez-Pizjuán por una puerta diferente a la habitual acompañado del director general José María Cruz. Muchos aficionados se han congregado en las puertas del estadio mostrando nuevamente el enfado por la situación del equipo (vídeo adjunto).