No se vayan todavía

Gran partido de los de Sampaoli ante un buen Celta, al que ganó dejándose la piel. La calidad de Nasri, Ganso, Jovetic y Correa dio lustre a la victoria. Era 27 de abril y en Nervión este día es sagrado.

27 abr 2017 / 23:23 h - Actualizado: 30 abr 2017 / 22:50 h.
"Antonio Puerta","Nasri"
  • Los sevillistas no faltaron a su cita con Nervión. / Manuel Gómez
    Los sevillistas no faltaron a su cita con Nervión. / Manuel Gómez

El Sevilla ha vuelto. Y lo ha hecho a tiempo, con opciones todavía de despedir la temporada desde el tercer puesto de la clasificación, un lugar privilegiado que en estos momentos está en poder del Atlético pero al que el equipo de Jorge Sampaoli, con su gran partido, presentó este jueves su candidatura. Jugando así, todo es posible.

Serio, dejándose la piel de principio a fin, luchando por cada balón y atacando como si no hubiera mañana hasta lograr lo que mereció: una victoria de esas que refuerzan, de las que impulsan a los equipos y causan respeto a quienes las contemplan. Sin duda, Simeone y sus jugadores habrán visto que este Sevilla no es el sufrió el bajón hace no mucho.

Ganó a un buen Celta, el de Eduardo Berizzo, con todo su arsenal sobre el césped para afrontar la que a la postre se convirtió en una prueba de cara a su doble duelo contra el Manchester United en las semifinales de la Europa League. Posicionamiento, ideas claras e intensidad a la espera de que el gol llegase en alguno de sus peligrosos acercamientos. No es nuevo, en cualquier caso, este Celta de Berizzo ante el que el Sevilla tuvo que ponerse el traje de faena, y de verdad, para poder doblegarle. Incluso jugando con diez por expulsión del Tucu Hernández dio guerra el conjunto gallego. El asedio nervionense fue a más y terminó arrinconando al Celta, que, pese a inquietar con algún contragolpe en los compases finales, se encontró con la fortuna de cara más de una vez. Hasta tres balones al palo estrelló el Sevilla, volcado y en el que futbolistas como Lenglet, Correa, Iborra, N’Zonzi se dejaban notar. Pero no fueron los únicos. Ganso volvió a aportar calidad y se marchó ovacionado y con la afición en pie premiando su buen trabajo. Junto a Jovetic, el brasileño da un plus de talento, sobre todo ante rivales encerrados, caso del Celta en la segunda parte.

Por si faltaba algo, el Sevilla recuperó a uno de sus puntales: Nasri. Salió en el minuto 64 y no tardó en pedir paso. Cogió la pelota, la jugó, abrió huecos, estrelló un balón en el larguero con un disparo desde la frontal del área y dio el pase que permitió a Ben Yedder recoger el premio al enorme esfuerzo del Sevilla. Este jueves, todo el mundo rindió a un alto nivel y así, el tercer puesto nunca puede ser una misión imposible.

Ilusión, sin duda, para una afición que se dedicó a animar desafiando la lluvia con la esperanza de ver a su equipo meterse de lleno en la lucha por el tercer puesto. Además: no hubo especiales miradas a Sampaoli. Como si su marcha estuviese ya asumida, entre otras cosas porque sería ya una sorpresa que se quedase en Nervión, el sevillismo vivió el encuentro mirando al césped.

Era 27 de abril, día marcado en la historia del club por el recordado gol de Antonio Puerta al Schalke. Han pasado once años, pero el Sevilla no podía empañar un día tan especial en el que esta vez los aplausos se los llevó Antonio García Guzmán, socio número 1 de la entidad. Por muchos años.